Grandes prestaciones de los Sixers en un partido grande, algo que les había costado mucho al principio de la temporada pero a lo que se han ido acostumbrando gracias a los fichajes realizados y a lo acoplado que se ha ido sintiendo el equipo progresivamente. Ante los Thunder sacaron una victoria de mérito en campo rival por 104-108.

Fue un partido con muchas alternativas. Apretado en la primera parte, pero con ya claros signos de que los 76ers llegaban mejor a la competencia. Fueron los triples de Mike Scott (y alguna que otra jugada que no se refleja en la estadística) los que abrieron el meón para el conjunto que dirige Mike Scott, eso les dio presencia en el segundo cuarto como para tener a los Thunder más acogotados.

Westbrook marcaba el ritmo, pero se encontró más solo que en otras ocasiones. Hablamos de un Paul George que causaba baja en este partido y del que se habla casi siempre de sus virtudes en ataque pero no tanto de las defensivas, y aquí se vieron las carencias a la hora de proteger el aro que tienen los Thunder sin él en cancha: no sólo fue Scott, fueron Butler, Simmons y Harris los que más daño hicieron a OKC, todos desde las posiciones de escolta o alero (las que ocupa PG).

Después de alcanzar la decena de puntos de ventaja, los Thunder se acercaron en dos momentos. El definitivo, cuando restaban cinco minutos (93-93). Justo en ese momento apareció Tobias Harris, que protagonizó casi por completo un parcial de 0-10 metiendo 8 puntos que dejaban rotos a los locales. Se apresuraron los de Oklahoma, pero Scott sentenciaba con otro triple y Redick ponía la guinda desde la línea de personal.