NBA | LAKERS 111 - ROCKETS 106

Los Lakers se dan otro impulso ante un Harden desquiciado

El actual MVP acabó expulsado tras hacer seis faltas y vérselas con uno de los árbitros. LeBron James y Brandon Ingram sostuvieron a los Lakers.

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Los Lakers han empezado bien la parte crucial de la fase regular, la que hará que esta temporada parezca un fracaso o un éxito para ellos. Y es que, ya metidos en harina, parece que quedarse fuera de los playoffs sí sería negativo pese a que no entraba dentro de los planes (o eso nos hacían creer a los demás).

LeBron James (29+11) cogió el timón cuando se lo pidieron, olvidando ya la que fue la peor lesión de su carrera deportiva e hizo pensar a los aficionados de púrpura y oro que esto se había acabado ya hasta que pasara el verano, pero no fue el único. Para que LeBron rematara tuvo que estar otro controlando que la velocidad de crucero no decreciera, y ése fue Brandon Ingram (27+13).

No fue, sin embargo, un partido en el que los locales dominaran. Todo lo contrario, tocó remontada. Fueron por debajo en el marcador casi todo el encuentro y no por poco, siempre con los diez de diferencia en la mochila. En apenas dos minutos, con la entrada a pista de Faried y Rivers en el primer cuarto, los Rockets se posicionaron así y vivieron plácidamente hasta que LeBron quiso.

Dos triples de Caldwell-Pope dejaron a uno a los Lakers y fue Josh Hart el que, con una bandeja al contraataque, puso a su equipo por delante (96-95, minuto 42). Y luego LeBron e Ingram estuvieron más acertados que un Harden que se fue al banquillo eliminado por faltas y con un cabreo importante con el árbitro Scott Foster, al igual que Paul y D'Antoni. Fue esa la polémica con la que se cerró el partido, que terminó feliz los angelinos con el 111-106.