De rozar el descenso y la disolución a poner en pie al Palacio de Goya al grito de "forza Penya". Eso es lo que ha conseguido el Divina Seguros Joventut en menos de un año, tras saltar un precipicio que parecía que lo engulliría. Pero el baloncesto le deparaba una vida extra a uno de nuestros grandes, el único equipo junto al Madrid y el Estudiantes que ha disputado todas las ediciones de Liga sin faltar a una desde 1957. Un club histórico que vuelve a tener un equipo que emociona, con extranjeros comprometidos y una apuesta importante por la cantera. Hasta seis jugadores formados en casa entran en esta convocatoria copera.

Todo eso y algo más… Nico Laprovittola. El base argentino es el jugador del momento. Acaba de renunciar a ofertas de clubes de la Euroliga para seguir de verdinegro y darse el gustazo de salir aclamado de la pista al unísono por ocho aficiones que le coreaban aquello de "MVP, MVP". Venía de anotar 40 puntos en Liga y este viernes tumbó al Baskonia con 36 y 50 de valoración. Récord y cifra que parecía inalcanzable para un bajito.

Esperan Llull y Campazzo

Tiene un reto mayúsculo enfrente, uno más. Le espera el Real Madrid, el favorito y en su casa, ante su gente. Y le espera El Increíble Llull y su compatriota Campazzo. Un pulso de timoneles que solo puede engrandecer esta Copa. La balanza dice que no hay comparación posible de plantillas y que el desgaste debe pasar una factura mayor a los de Carles Duran (Marko Todorovic, pieza insustituible en la pintura, acabó tocado en una rodilla); pero el torneo del KO es propicio para la heroica. Y el Joventut está en esas, en volver por donde se fue, en donde lo dejaron Ricky, Rudy y Aíto: campeón en 2008. También el Madrid pretende hacer historia, seguir haciéndola. Ojo al dato: no se mete en una final de Copa en Madrid y la gana desde 1960, cuando derrotó a su filial, el Hesperia.