Llega una historia increíble, y terrible, desde Estados Unidos, donde la proliferación de armas de fuego convierte en dramáticas tantas situaciones: un entrenador de instituto ha sido detenido por disparar al padre de uno de los jugadores tras las protestas de este por el poco tiempo que jugaba su hijo.

Los hechos ocurrieron el 22 de diciembre pero, según información del New York Post, el entrenador mintió al asegurar que una tercera persona había efectuado los disparos. La víctima, en estado grave, no había podido identificar al verdadero autor del ataque, que ahora sí ha podido ser detenido cuando el padre del jugador ha mejorado lo suficiente para aportar su versión de los hechos a la policía. El entrenador es Todd Myles, del instituto Paul Anderson, en el área de Brooklyn. El padre, Christopher Hooks, fue a casa de este para discutir por los minutos que daba a su hijo en los partidos. Myles (42 años) se enfrenta a cargos por los disparos y por mentir a las autoridades en su primera versión.

Su instituto ya ha calificado los hechos como "inauditos" y han apartado a Myles de cualquier actividad con alumnos mientras ultiman la anulación total de su vínculo con la entidad, en la que llevaba desde 2013 sin ningún incidente anterior.