MAVERICKS 113-CELTICS 104

Luka Doncic y sus Mavs también pueden con unos Celtics perdidos

Otro muy mal partido de unos Celtics ya muy preocupantes y clara victoria de unos Mavericks liderados por Barea, Barnes... y Doncic.

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Sin Dennis Smith Jr, que no jugó por molestias en una muñeca, Luka Doncic ejerció de base mucho más puro de lo habitual desde los primeros minutos, y se dio un festín en el primer cuarto ante unos Celtics que (es uno de sus ahora mismo muchos problemas) tienen unas dificultades enormes para sellar las vías de creación de juego de los rivales. En esos primeros doce minutos, el esloveno anotó los tres primeros triples (en uno hizo volar a Kyrie Irving) que lanzó y repartió 5 asistencias. Apuntaba a estadística monstruosa, se quedó en 15 puntos, 3 robos y 8 asistencias (igualando su tope de la temporada) pero con una saludable actuación general en un brillante triunfo de los Mavericks ante un rival cada vez más descosido (113-104).

Hubo tiempo para que protagonizara un enganchón con Jaylen Brown, que buscó un encontronazo gratuito con él y le acusó de flopping después, y para que alimentara a sus compañeros, que ganaron desde la línea de tres (16/41) un partido en el que solo estuvieron por detrás mediado el tercer cuarto (73-74) y en el que vieron por el retrovisor a los Celtics varias veces (30-18, 40-29...) antes de la sentencia del último cuarto, auspiciada por el instinto de JJ Barea (20 puntos, 8 asistencias), que también aprovechó (como Devin Harris) la nula defensa exterior de los Celtics, con Terry Rozier especialmente señalado. Harrison Barnes anotó 5 triples (20 puntos) y DeAndre Jordan terminó con 14+13 y los Mavs ganaron con mucha naturalidad a un rival cuyas derrotas ya no son noticia y están 9-9.

Los Celtics, por su parte, caen a un 10-10 inimaginable antes de la temporada, no digamos después de empezar 6-2. En sus últimos cinco partidos solo han ganado a los Hawks y han perdido con Knicks, Jazz, Hornets y Mavericks. Brad Stevens sigue enviando avisos sobre una falta de actitud competitiva que es lo único que no pensábamos que íbamos a ver en este equipo, que ataca a trompicones y concede demasiado en puntos clave de su generalmente buena defensa.

Sin Hayward (problema en un tobillo) tiraron bien Tatum, Brown y Smart (56 puntos entre los tres) pero no un Kyrie (19 con un 9/24 y un 0/5 en triples) que pegó un tirón en el segundo cuarto para evitar que la distancia no fuera ya muy amplia al descanso. Dio igual: es el peor arranque de los Celtics desde 2014. La temporada pasada estaban 17-3 en estos mismos 20 partidos. El mantra recurrente, y todavía lógico, es que este equipo encontrará la forma de acabar siendo tan bueno como lo imaginábamos. Pero, aunque competirá hasta el final (eso no se puede cuestionar... todavía) parece obvio que no todo era una sencilla suma de talento, que no siempre más es muchísimo más y que, por primera vez, Brad Stevens parece tener serios problemas para dar con soluciones. Y es un cuarto de temporada: ya o todavía, eso depende de cómo lo quiera ver cada uno...