El Tecnyconta Zaragoza logró un póquer consecutivo de victorias al arrollar al Divina Seguros Joventut (112-66) y ya mira hacia la parte de arriba de la tabla, en la que es séptimo empatado a victorias con el quinto clasificado.

El conjunto aragonés rompió el partido en un tercer cuarto espectacular en el que le salió todo y con un juego coral marcó un parcial de 34-20 que destrozó al equipo verdinegro y decidió el enfrentamiento con mucha anticipación.

El equipo maño demostró que se encuentra en un gran momento de forma y, a pesar de los problemas físicos de algunos de sus jugadores, acabó con la resistencia de un rival que también está realizando una gran temporada pero que se acabó convirtiendo en la víctima del festival colectivo local, especialmente en el último cuarto con el guión ya escrito.

Con seis jugadores anotando diez o más puntos y con Bo McCalebb, primero, y su sustituto sobre el parqué, Carlos Alocén, dando un auténtico recital, el equipo maño no tuvo piedad de su oponente y mantuvo la tensión hasta el final, como demuestran los 112 puntos que le endosó y los 46 de diferencia que registró el marcador final.

El inicio del partido fue desordenado para ambos conjuntos con errores trufados de aciertos y con un equipo local que, apoyado en su dominio reboteador, con 12 puntos en la pintura de los 24 que anotó, y en las individualidades de Bo McCalebb y Radovic mandaba en el marcador llegando
a tener hasta 6 puntos de renta (19-13) en el minuto 8 ante un Joventut en el que sólo Nico Laprovittola era capaz de darles la réplica.

Sin embargo, la diferencia en el marcador fluctuaba con un Tecnyconta en busca de romper el partido mientras que los badaloneses trataban de impedirlo.

El conjunto de Porfirio Fisac, liderado por el jovencísimo Carlos Alocén en el segundo parcial, con 10 puntos en 6 minutos y 12 de valoración en esos instantes logró 10 puntos de renta y llegó a los 12 (45-33) ante una "Penya" que sostenían Laprovittola y Shawn Dawson.

El tercer acto fue definitivo para la suerte del enfrentamiento, ya que los propietarios del terreno, con un juego primoroso en todos los aspectos, pasaron por encima del conjunto catalán como una apisonadora en uno de sus mejores partidos de los últimos años.

El último cuarto, lejos de ser el de la basura, fue de disfrute del equipo maño, que, imbuido del espíritu de su técnico, siguió apretando para regocijo de una afición deseosa de disfrutar y olvidar los malos tragos de temporadas precedentes.