La llegada de LeBron James ha revolucionado a Los Angeles Lakers. Los angelinos han pasado de una nada enfermiza, que sumaba ya cinco temporadas seguidas sin entrar en los Playoffs (la mayor sequía en la historia de la franquicia), a la ilusión por tener al cuatro veces MVP de la NBA entre sus filas. Las esperanzas son altas, aunque parece que la plantilla no está aún para guerrear de tú a tú con los grandes cocos del Oeste como Golden State Warriors, Houston Rockets y Oklahoma City Thunder.

Así lo aseguran las apuestas, al menos. A pesar de que Westgate Las Vegas Superbook, una de las principales casas de la ciudad de Nevada da a los Lakers trece triunfos más que la pasada temporada (de 35 a 48), el equipo de Luke Walton se encuentra cuarto en el Oeste tras las citadas franquicias. Los pronósticos de la ESPN lo sitúan en ese mismo puesto de su Conferencia y quinto entre los candidatos a ganar el anillo.

Sin embargo, ese amor no es compartido por todos. Kevin Pelton (ESPN) los dejó fuera de su cuadro de los Playoffs por el título cuando realizó sus proyecciones de triunfos en el Oeste. Una idea que no comparte Kyle Kuzma. El ala-pívot, que disputará esta campaña su segundo año en la NBA, cree que se está haciendo de menos a unos Lakers que, al margen de James, se han reforzado con Rajon Rondo, Michael Beasley, JaVale McGee y Lance Stephenson.

"Estamos entusiasmados con la plantilla y las piezas que tenemos. Y creemos que mucha gente nos está subestimando. Definitivamente, va a ser divertido jugador con todos estos nuevos muchachos", dijo el jugador de Míchigan a Ohm Youngmisuk (ESPN).

"Dicen que tenemos muchas personas diferentes, mucha gente nueva. Pero el cambio puede ser bueno. No siempre es algo malo. Hay muchos equipos en la NBA que necesitan trabajar en su química, nosotros somos uno de ellos", continúa Kuzma, que junto a Lonzo Ball, Brandon Ingram  y Josh Hart, forma parte de un núcleo duro de jóvenes destinados a coger las riendas de los Lakers en un futuro inmediato.