Mientras los Warriors celebraban el anillo, el tercero en cuatro años, y la NBA sigue con el foco puesto en cualquier posible movimiento de LeBron James, Kyrie Irving compareció ante los medios para promocionar su aventura en el cine, “Uncle Drew”, un largo creado a partir de las exitosas campañas del jugador con Pepsi, y aseguró que no tiene ninguna intención de firmar una ampliación de contrato con los Celtics: “Hablaré con la franquicia, pero no va a suceder nada por ahora. Contractualmente, económicamente, no tendría ningún sentido”.

Kyrie tiene 26 años y una temporada más del contrato que los Celtics heredaron de los Cavs: 20 millones de dólares antes de ser agente libre en el verano de 2019 salvo que, contra cualquier lógica, ejecute su player option por 21,3 millones para el curso 2019-20. La noticia puede sonar preocupante para los aficionados de los Celtics días después de que se filtrara, en plena ola de rumores preveraniegos, que Kyrie ve con muy buenos ojos la opción de jugar en Nueva York (nació en Australia pero se crio en New jersey) con los Knicks.

Pero en realidad no hay nada de raro ni de especialmente inquietante en esta noticia: Kyrie perdería unos 80 millones de dólares si firmara ahora una extensión en Boston. Esta sería por un total de cuatro años y 108 millones, que sumados a los 20 de la próxima temporada le pondrían en 5 años y 128 millones de contrato garantizado. Si espera a ser agente libre, tiene derecho a cobrar 188 millones por cinco temporadas: 208 totales por seis años si se suman los 20 de esta próxima.

Básicamente, si Kyrie ejecutara su player option y firmara una extensión, se quedaría en 104 millones hasta 2023. Si no ejecuta su player option el próximo verano pero firma una extensión, serían los citados 108 millones hasta 2023. Y si no opta y firmar un máximo, los casi 188 hasta 2024. En caso de dejar los Celtics y firmar en 2019 como agente libre por otro equipo, solo podría firmar por cuatro años (hasta 2023) y por un total de unos 139 millones.