Antes de arrancar, por cuarta temporada consecutiva en Oakland, las novenas Finales de la NBA de su carrera, LeBron James (3-5 hasta ahora) concedió una entrevista exclusiva a Rachel Nichols (ESPN) en la que reconoció que ni él ha sido inmune a los momentos tan duros que han vivido esta temporada unos Cavs que tuvieron que recomponer su roster completamente antes del cierre del mercado invernal.

“¿Si me planteé que podía quedarme sin jugar mi octava Final seguida? Hubo que un punto que incluso me planteaba si los Cavs llegaríamos siquiera a los playoffs. Y me decía a mí mismo que no podía caer en eso, que era ridículo y que tenía que llevar al equipo a los playoffs”. Se refiere, precisamente, a los gigantescos baches de diciembre y enero que precedieron a esa revolución obligada en la plantilla.

Pero quizá fue más interesante la sinceridad con la que reconoció que no quería que se fuera Kyrie Irving y que ya en verano comenzó a sospechar que las cosas no iban a ser fáciles esta temporada: “Ya en verano era obvio que no podía ser bueno para la franquicia traspasar a un base que es una súper estrella. Un jugador con el que había luchado mano a mano en tantas batallas los tres años anteriores. No fue bueno, y obviamente no tuve nada que ver así que no sé cómo fueron las conversaciones entre jugador y equipo. Pero ya entonces era obvio que las cosas venían cuesta arriba. Y encima el all star que vino de Boston en el traspaso no podía jugar hasta enero. Nos pasó de todo. Cambiamos sin parar jugadores, quintetos… No puedo decir ahora que por entonces tenían en la cabeza llegar a las Finales”.

Rodeado de una situación caótica, se concentró en cambiar su mentalidad y concentrarse en influir de la mejor forma posible en el equipo: “Me dije a mí mismo que no sabía qué iba a ser de ese equipo porque no estábamos jugando a nada, pero que no podía estancarme ahí. Que había mucha gente, muchos niños, pendientes de mí, niños a los que siempre les dices que intenten dar lo mejor de sí todos los días. Así que fui cambiando el chip según se acercaba el cierre del mercado”.

Además, pacificó un poco las cosas en su referencia a Dan Gilbert, un propietario con el que tiene una notoria mala relación y que para muchos es uno de los responsables de que LeBron tenga muchas papeletas para no seguir en los Cavs la próxima temporada: “Esto no va de Dan y LeBron, tenemos una buena relación profesional. No somos íntimos, pero es que un propietario y un jugador no tienen que serlo. Pero creo que las cosas han ido bien en estos casi cuatro años que han pasado desde que decidí regresar a Cleveland”. Eso sí, cuando Nichols le preguntó directamente si su relación con Gilbert afectará a su decisión en verano, esta fue su respuesta: “Ya veremos…”.