TORONTO RAPTORS

El despido de Dwane Casey, o la traición de Masai Ujiri a sí mismo

El presidente de los Raptors, de magnífica reputación en la NBA, considera que "era la hora" de prescindir del entrenador Dwane Casey tras la mejor fase regular de la historia de la franquicia.

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Dwane Casey
Gregory Shamus AFP

Toronto Raptors vive una transformación precipitada tras volver a caer por barrido (4-0) ante los Cavaliers de un LeBron James que se ha convertido en su ejecutor a sueldo. La salida de Dwane Casey, que precisamente sí sabía lo que es ganar a LeBron como asistente de los Mavericks de Rick Carlisle, es la prueba definitiva no sólo del cambio de rumbo, sino de que no hay rumbo.

El papel de Casey en la evolución de la franquicia fue, ya en pasado, encomiable. Es el entrenador con un mejor porcentaje de victorias (57,3%) de la corta historia de la franquicia, en la que llevaba desde 2011 hasta hace escasas horas.

Por amplificar el dato hacia lo histórico, estos Raptors son el 6º equipo con mejor balance de victorias-derrotas (59-23) en una regular season que termina despidiendo a su entrenador esa misma temporada: el 1º es de 1990 de los Lakers (Pat Riley), con sólo cuatro más (63).

La guillotina

Masai Ujiri es conocido en el mundillo de la NBA como uno de los mejores gerentes de la actualidad. No sólo por haber hecho historia en su día como garante de la diversidad racial de la NBA, sino por los acertadas de sus decisiones con jugadores y traspasos en esta etapa en los Raptors. Esta vez el poder ha podido con él, un verdadero outsider en la competición norteamericana.

El impacto es importantísimo en estos niveles de competitividad. Y el de los Raptors ha sido flagrantemente nefasto en los playoffs: llegar como número 1 de la conferencia y perder contra unos Cavs con claros problemas colectivos y que venían de jugar la primera ronda a siete partidos.

El obvio fracaso, como definió Ujiri (ahora, presidente) al verse eliminado cuando el equipo había alcanzado su mayor número de victorias al acabar la fase regular (59), lleva a tomar decisiones drásticas. "Es la decisión más dura que he tomado en mi vida", decía tras conocerse la noticia. Dos días atrás se descartaba "una revolución" en el equipo. De la caída al hundimiento parece haber menos camino del que se vislumbraba en este caso.

Conviene recordar el caso de Mark Jackson en Golden State Warriors. La progresión era meteórica, con un Curry que ya empezaba a destacar mucho y una reconstrucción que marchaba viento en popa en el Oeste. Y la franquicia californiana prescindió de Jackson y apostó por Steve Kerr, el entrenador que consiguió dar el punto diferencial a la franquicia.

Un verdadero equipo también cae

Los Raptors de este año no son cualquier cosa. El nivel de evolución ha llegado a máximos, pero ni con ésas han logrado subir un peldaño más en el escalafón imaginario de los playoffs.

Mucho se habla de la crítica hacia las dos grandes estrellas del equipo, Kyle Lowry y DeMar DeRozan, por no aportar lo que se preveía de ellos en los momentos decisivos. Pero bien es cierto que ambos llegaron de la mano al All-Star 2018 por méritos propios pero también ajenos.

El ítem crucial de esta temporada para los canadienses ha sido la aportación de banquillo, de largo la mejor de la NBA y una de las mejores en muchos años en relación puntos-experiencia. Algunos datos para explicarlo son los 8,1 puntos por cada 100 posesiones y el 17,1 en total del quinteto que forman VanVleet, Wright, Miles, Siakam y Pöltl, que 24,5 sea la media de edad de los suplentes con más presencia o que uno de los que alternaba la titularidad con la suplencia fuera un novato inglés de 20 años llamado O.G. Anunoby, encargado de defender a LeBron James en la última eliminatoria.

Es por ello que, con una plantilla con contrato en su mayoría hasta 2020, el proyecto estaba muy encauzado. De nuevo son el anhelo de cambio inmediato y la presión lo que laminan un proyecto compacto y bien formado.

¿Recambio?

Se especula ya con una nómina de candidatos. Jerry Stackhouse, que ha llevado a lo más alto al equipo afiliado; Nick Nurse, uno de los asistentes que ha elevado el nivel del equipo; Ettore Messina, por el hecho de ser extranjero y de que hablamos de un equipo que siempre ha hecho gala de apostar por lo exótico. Pero también hay otros nombres, como Mike Budenholzer (que, pese a su gran trabajo en los Hawks, nunca pudo poner en dificultades a LeBron... que sería de nuevo la misión).

Sería de justicia poética que Dwane Casey ganara el premio a Entrenador de la Año (el oficial de la NBA, el de la NBCA ya se lo ha llevado) en la ceremonia final de temporada una vez que ha sido despedido del equipo, sería un momento para la reflexión honda y profunda -no con las prisas de ahora- en las oficinas de Toronto.