CELTICS 120 - BUCKS 106 (2-0)

Brown (30) marca la diferencia ante un Giannis "indefendible"

"Es imposible de defender", comentó un Brad Stevens, cuyos Celtics salen de Boston con un 2-0 a favor después de controlar todo el partido.

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"Es imposible de defender", decía en rueda de prensa Brad Stevens sobre Giannis Antetokounmpo. El griego completó un partidazo en este segundo envite (30 puntos con 13/17 en tiros de campo), 9 rebotes y 8 asistencias, pero sus Bucks regresan a Milwaukee con un 2-0 en contra y la sensación de ser peor equipo que estos Celtics marcados por las lesiones. Al contrario que en el Game 1, Boston controló siempre el partido. Después del 7-11 de los primeros compases, los visitante fueron siempre a remolque en el marcador. Con un triple de Shabazz Muhammad (11 puntos en su primer partido de los playoffs) pusieron el 35-35, salvando así el primer acelerón local (35-22). Pero más allá de ese 0-13, volvieron a carecer de los recursos necesarios par poner en apuros reales a los verdes.

Jaylen Brown arrancó como un tiro y con un momento de auténtica inspiración comandó el parcial que rompió definitivamente el encuentro pasado el ecuador del tercer cuarto. Agresivo a la hora de atacar el aro y certero desde la línea de tres puntos, fue una constante amenaza para la defensa rival. Sus 30 puntos (y 5 rebotes) con un 12/22 en el lanzamiento suponen su mejor marca personal en la postemporada. El más joven en la historia de la franquicia en llegar a la treintena en las eliminatorias. En su segunda campaña y con 21 años (es unos meses más joven que Ben Simmons y Donovan Mitchell), continúa progresando cada día. Creciendo ante la adversidad.

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El único que brilló tanto o más que Brown en el parqué del TD Garden fue Antetokounmpo. Pocos jugadores atacan el aro contrario como él. Cada vez que penetraba y sacaba algo de ventaja (algo no muy complicado dadas sus condiciones físicas), pasaban cosas positivas para su equipo. Pero, como sucedió el domingo, sólo Khris Middleton (25+4) secunda con regularidad al griego. Y ese el gran problema de unos Bucks a los que les falta consistencia como bloque y que no dependan únicamente de sus dos referentes. Ni Bledsoe, Jabari Parker, ni Snell están siendo siquiera importantes. Sólo Malcolm Brogdon está logrando aportar claridad ofensiva. Quizá por ahí deban comenzar los ajustes de Joe Prunty para el tercer encuentro. El técnico recurrió a una rotación de hasta 13 jugadores. Algo poco habitual en los playoffs. Señal de que no ve las cosas claras. 

Al contrario que en Milwaukee, la variedad de recursos es el gran punto fuerte de estos Celtics sin Irving, Hayward, Theis y un Smart que reveló antes del duelo que su madre padece cáncer (el último capítulo de una temporada fatídica) y que podría reaparecer en esta primera ronda. 

Si Tatum y Horford tiraron del carro en el primero, anoche fue el turno de Brown y Terry Rozier (23 y 8 asistencias). El base se está imponiendo con claridad en su duelo con Bledsoe, por mucho que este último diga que no sabe quién es. Además, no sólo Marcus Morris sumó desde el banquillo. Greg Monroe y Larkin, grandes minutos a caballo del tercer y último acto, también anotaron en dobles figuras. Demasiada pólvora. Incluso para un Antetokounmpo indefendible.

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