Fin a las especulaciones. El equipo vitoriano será séptimo y se cruzará con el Fenerbahçe con el factor cancha en contra. En el imaginario alavés, casi todo el mundo quería a Olympiacos pero fue el equipo quien terminó con todas sus opciones al hincar la rodilla con el farolillo rojo en casa. Con el 77-78, Beaubois y Janning fallaron sendos triples esquinados y los locales perdieron el choque. También Huertas estuvo a punto de firmar la sentencia turca con un lanzamiento desde debajo de canasta en los últimos segundos que no entró porque estaba rodeado de rivales y sin ángulo.

El Baskonia empezó un poco frío, con muy poca intensidad. El Efes no se jugaba nada y se planteó un partido con poca implicación defensiva. Hubo momentos que llevaban a pensar que se trataba de un entrenamiento. Tras el 13-18 del primer cuarto, los vitorianos encajaron un parcial de 4-12 con un buen McCollum. El Baskonia rocoso y demoledor de otras noches quedó en el olvido por lo que no tuvo ventajas numerosas. La frialdad también se notaba en la grada que estaba menos implicada que en otras ocasiones. Al descanso se llegó con un 32-33. Baskonia estuvo muy atascado y sumó demasiadas pérdidas (7 antes del descanso). Pedro Martínez llamó la atención a sus jugadores por la falta de tensión: partido nuevo y 20 minutos por delante.

La primera jugada del tercer cuarto, con una gran combinación de pases, generó optimismo pero EFES siguió a su ritmo con un gran McCollum y llegó a ponerse 10 puntos arriba con el 44-54 del minuto 26. En la tercera entrega los vitorianos encajaron 27 puntos. Fue un periodo de descontrol en el que los árbitros decretaron una técnica a Pedro Martínez y una antideportiva a Garino.

Parecía que había tiempo para remontar y, de hecho, el equipo vasco se puso por delante (77-76). No lo había hecho desde el 34-33 pero luego no fue capaz de rematar la faena. Todo el esfuerzo realizado en noches épicas se fue al garete en un mal partido. Menos mal que el Barcelona dio buena cuenta del Khimki porque, de lo contrario, el rival habría sido el CSKA. Fenerbahce tampoco parece una buena pareja de baile pero, en el fondo, quedar séptimo de Europa es un gran resultado para un club de una ciudad pequeña. En cualquier caso, perder con el último clasificado en la última jornada de la fase regular no dejó, en absoluto, buen sabor de boca a la parroquia.