El Baskonia resolvió el partido con solvencia porque se juega la vida mientras que Brose se dejó llevar y la diferencia fue aumentando hasta los 33 puntos con el 86-53 del minuto 31. El Bamberg saltó a la cancha con remotas opciones de meterse en el Top-8 pero está claro que ahora mismo su principal preocupación es la liga alemana y que sus ilusiones se evaporaron en los primeros compases.

El choque comenzó con un Granger muy inspirado. Habían transcurrido cinco minutos y el luminoso señalaba un sintomático 18-4. Todo funcionaba, la defensa y el ataque. Pero la auténtica clave residía en la intensidad y en las ganas de resolver el choque sin grandes sufrimientos. El 27-14 al final del primer cuarto así lo evidenciaba. Las cosas discurrieron por derroteros similares en el segundo (41-24, min. 16) mientras llegaba al Buesa la confirmación de que Khimki conseguía su pase de manera matemática y que abría un hueco que todavía no es insalvable pero sí bastante peligroso. Nadie quiere cruzarse con el CSKA. Los jugadores de Pedro Martínez se dejaron llevar en los últimos compases de la segunda entrega y llegaron al descanso 11 puntos arriba.

Se ve que el entrenador llamó la atención a los suyos en el vestuario porque del 66-50 se pasó al 77-50. Shengelia sumó su punto 1.000 en Euroliga y Janning el 700. Eran los pequeños alicientes que invitaban a la gente a seguir sentada en el banco y no adelantar su regreso a casa. El 80-52 al final del tercer cuarto no dejaba lugar a dudas (valoración en esa tercera entrega de 39-4 para ambos conjuntos). Al Bamberg se le hizo muy largo el partido y le sobró el último periodo. Jugadores como Diop aprovecharon para reivindicarse y mandar un mensaje a su técnico para futuros compromisos. También se aprovechó para dar descanso a jugadores muy baqueteados como Granger.

El Baskonia viaja mañana mismo rumbo a Barcelona para intentar asaltar el Palau el viernes. Luego le quedará recibir a Maccabi en el Buesa y cerrar la fase regular en Vitoria contra EFES de Estambul. A propósito, estuvo en la capital alavesa Agustí Julve, segundo de Perasovic. Ambos empezaron la temporada al frente del equipo otomano pero fueron cesados hace unos meses. En el palco se vio al Secretario de Estado para el Deporte y presidente del CSD José Ramón Lete que fue jugador de baloncesto y que se formó en el colegio San Viator de Vitoria, al igual que Pablo Laso, actual entrenador del Real Madrid. Vino a dar una conferencia a la capital alavesa dirigida a un círculo de empresarios y a reunirse con autoridades del Gobierno Vasco. Comió con Josean Querejeta y hablaron de la Liga ACB, la Euroliga y las ventanas FIBA que tantos quebraderos de cabeza están generando esta temporada.