El Valencia Basket demostró haber aprendido la dolorosa lección de su eliminación de la Copa  del Rey y se vengó del Iberostar Tenerife de la mano de Bojan Dubljevic, que fue el encargado de neutralizar a los interiores del conjunto tinerfeño, algo que no consiguió en el torneo del KO.

El equipo valenciano tuvo claro lo que debía hacer desde el principio y pudo incluso reintegrar con buen nivel en su rotación a Sam Van Rossom ante un Tenerife que vio como las dudas por sus malos resultados en las últimas semanas se tradujeron en un 2 de 22 desde la línea de tres.

Construcción desde la defensa

Como casi siempre, el Valencia empezó a marcar territorio desde la línea de 6'75. Cuatro de sus primeras cinco canastas fueron desde esa posición lo que creó cierta ansiedad en el Tenerife que un par de tiros abiertos de Mike Tobey ayudó a mitigar (18-12, m.6).

La entrada de Erick Green y la constancia por dentro de Will Thomas dieron un nuevo impulso al ataque local ante un rival que encontró en las penetraciones de Ferran Bassas un nuevo clavo al que agarrarse, en parte por los problemas defensivos del escolta estadounidense.

Al Valencia le frenó la rotación, algo en parte esperado por el cuerpo técnico que sabe que tendrán que pagar cierto peaje para devolver a Abalde al 'dos' y al 'tres' y que Guillem Vives y Sam Van Rossom, que reapareció tras mes y medio lesionado, retomen la dirección del equipo (29-24, m.15).

Pero la tranquilidad de Rafa Martínez y de Will Thomas permitió al conjunto de Txus Vidorreta salir del paso y llegar al descanso con una cómoda ventaja ante un Tenerife lastrado por su 0 de 10 en triples (37-29, m.20).

Dedicó el Valencia los primeros tres minutos de la reanudación en sacarle la cuarta a Fran Vázquez y lo logró de la mano de Dubljevic. Con ese objetivo cumplido, la incapacidad del Tenerife para anotar hizo muy valiosos sus escasos seis puntos en los primeros cinco minutos de la reanudación y Fotis Katsilaris tuvo que pedir un tiempo muerto viendo que el partido de le iba (43-31, m. 25).

El ímpetu de Ponitka mantuvo a flote a los visitantes y cuando se le unió Tobey (solo ellos anotaron por los visitantes en el tercer cuarto) y el Valencia volvió a marearse al tener dos bases en pista, el marcador de estrechó y el conjunto isleño recuperó algo de fe en sus opciones (49-42, m.30).

Pero con el regreso de Dubljevic volvieron los problemas para los grandes del Tenerife y el montenegrino le sacó la cuarta también a Tobey lo que obligó al técnico griego a echar mano de Niang. El efecto fue inmediato y los siete puntos de ventaja locales se doblaron en cuestión de tres minutos (62-48, m.34).

Un par de acciones de San Miguel alargaron la agonía visitante pero Dubljevic no dejó espacio a la sorpresa. Forzó la quinta de Tobey y remató el partido con dos rebotes de ataque y una canasta tras el segundo de ellos que acabó con las esperanzas visitantes.