Doctor Jekyll y míster Hyde, Barcelona el domingo y Milán el martes. De un partido en el que el Madrid se jugaba poco (cuatro triunfos aún de ventaja en la Liga) y le convenía todavía menos (48 horas antes de saltar al ruedo en el Mediolanum Forum) a otro en el que le iba una parte de sus opciones europeas. De caer por 22 a ganar por 21 en el minuto 34 sin Doncic pero con Campazzo en su partido cien de blanco (14 puntos, 6 rebotes, 11 asistencias y eficaz defensa a Goudelock para 27 de valoración). Y con un meritorio Ayón tras varios meses parado frente a un Armani que llevaba un balance favorable de 6-2 ante los equipos españoles.

El Madrid verá ahora el resto de la jornada por la tele, afianzado en la cuarta plaza, la que le daría el factor cancha en el playoff. Si vence el jueves 22 al Zalgiris (antes, el martes 20, visita al Valencia) podría permitirse un resbalón en las cuatro jornadas que restan, y probablemente dos. La Euroliga no tolera planes, pero las apuestas al título elevan ya a los de Laso a la tercera posición en los pronósticos, no muy lejos del CSKA y del Fenerbahçe.

Tavares, cuatro tapones en seis minutos

Hay duelos que obligan a coger una vereda en la que se sabe que el final del camino no traerá nada bueno. Pero en otros el sendero reconforta desde el principio. Y ese fue el caso del Madrid en Milán. Buen nivel defensivo, enorme intimidación con Tavares (4 tapones en los seis primeros minutos, aunque la estadística le birló uno), extraordinario control del rebote (ninguno cedido bajo su aro al descanso), varios ataques a campo abierto y un elevadísimo acierto desde la línea de tres (8 de 13 en dos cuartos, 62%, y 13 de 22 al final, 59%, frente al 2 de 20 del Palau). Uno de esos partidos en los que los blancos “sienten el juego”, como dice Xavi Pascual, que tantas veces lo ha sufrido.

El talento del Armani Milán no se discute, pero sí su nivel atrás. Nadie permite más puntos a sus rivales en esta Euroliga: 86 por noche. El Real le metió 100 en la ida con un Doncic estelar y este martes fueron 88.

Campazzo y Ayón

De salida, mientras Tavares iba a gorro o tiro modificado por minuto, Carroll le seguía el ritmo en el aro contrario (ocho puntos en ocho). El Real fluía, cómodo siempre en los duelos al sol, los de fuego a discreción. Randolph, Rudy y hasta un metido Randle se sumaban a la fiesta. También Taylor, con un mate de velocidad y altura y 2 de 2 en triples.

Frente al Big Three del Armani (Goudelock, Jerrells y Kuzminskas), seis jugadores visitantes firmaron entre 9 y 15 tantos. La segunda parte fue la de Ayón (11 y 17 de valoración entonces) y el partido entero de Campazzo. Nada que ver con el Facu del domingo. La amplia brecha, que era de 21 puntos (60-81) a 5:30 de la bocina, permitió que la cabezadita final no trajera consecuencias: 74-83 a 2:40. El Madrid cerró bien la velada. El camino era el bueno, lo supo desde el principio.