El Real Betis Energía Plus, merced a su trabajada victoria (86-81) ante el Divina Seguros Joventut, cedió al equipo badalonés el farolillo rojo de la Liga Endesa tras un partido entre los dos últimos de la tabla que evidenciaron el porqué están en esos puestos.

El Joventut sigue sin ganar como visitante en la presente temporada, acumula ya diez derrotas consecutivas y, además, se dejó igualar el coeficiente particular con los sevillanos, que, por su parte, rompen una racha de siete partidos seguidos sin ganar.

Fue algo más que un partido de liga pese a que faltaban aún catorce jornada para que concluya la fase regular, pues se midieron los dos peores equipos de torneo en la clasificación, ambos con solo cuatro triunfos y el sevillano con siete derrotas consecutivas y el barcelonés con nueve.

El triunfo era vital en ese propósito común de dos clubes históricos que quieren eludir el descenso y el que ganara daría un paso importante y dejaría tocado al otro en el fondo de la tabla.

Para el Betis, además, también tuvo trascendencia la posibilidad de sumar el triunfo por más de cinco puntos, que fue la desventaja que tuvo en Badalona en la primera vuelta (81-76), aunque al final solo la igualó.

Un Betis con más hambre

La falta de regularidad y confianza en ambas formaciones se vio desde el salto inicial, tras el que la Penya vio muy bien el tiro exterior ante un Betis despistado en la defensa.

Tardó cerca de cinco minutos el equipo de Óscar Quintana en arreglar sus problemas y cuando lo hizo fue el de Carles Duran el que no dio una a derechas.

La formación verdinegra frenó el marcador con la máxima ventaja a su favor, de doce puntos (6-18, m.04), y a partir de ahí ya no anotó mas en lo que quedó del primer cuarto.

Entonces fueron los verdiblancos los que acabaron los primeros diez minutos en racha con un espectacular parcial de 16-0 que le dio la vuelta al marcador (22-18).

El segundo cuarto transcurrió de una manera más normal, con equilibrio en el juego y alternancia en las canastas, con lo que el resultado de estos diez minutos fue de empate a trece y al descanso se fue el Betis con cuatro puntos de ventaja (35-31).

En esta primera parte del partido se esperaba ver la aportación de los dos refuerzos que se presentaban, uno en cada equipo, y el más efectivo fue el de conjunto hispalense, el base estadounidense Askia Booker.

El alero Demitrius Conger, por su parte, tuvo en su contra que está recién llegado a la disciplina del Joventut y su entrenador no lo utilizó hasta el segundo cuarto, en el que pasó desapercibido.

La segunda parte se mantuvo parecida a como acabó la primera, pues los dos equipos mostraron las carencias que le tienen de colistas, sobre todo en las defensas.

Los visitantes sí volvieron a enlazar otra vez unos triples que le hicieron ponerse por delante en el marcador, pero éste concluyó en su tercer cuarto con empate a 58.

Así, se jugó un nuevo partido de diez minutos en el que apareció la mano de Blake Schilb, que con triples seguidos empezaron a decantar el partido para el Betis (68-62, m.34), pero el Joventut también encontró ese recurso para no rendirse antes de tiempo.

Se entró al último minuto con un 80-79 que podía presagiar de todo, y lo que sucedió fue que el equipo hispalense estuvo solo algo más preciso para llevarse el triunfo.