Los aficionados de los Timberwolves llevaban horas conteniendo el aliento: Jimmy Butler estaba pendiente de las pruebas que arrojaran más luz sobre una lesión de rodilla sufrida en Houston y con muy, muy mala pinta. Además, el resultado se hizo esperar porque el vuelo del equipo tuvo un problema y llegó más tarde de lo previsto a Minneapolis. Pero finalmente los Wolves ofrecieron un parte médico oficial y las noticias no fueron malas. O más bien no fueron las peores: lesión de menisco, no el temido (y esperado por los más pesimistas por cómo se produjo la lesión) desgarro del ligamento cruzado.

Es difícil calcular tiempos de baja porque los Wolves no precisan qué lesión concreta de menisco es, y en qué grado, pero en todo caso tampoco se presenta un panorama óptimo: según Shams Charania (Yahoo! Sports), el jugador pasará por el quirófano en los próximos días y el período de recuperación podría ser de entre cuatro y seis semanas. Tras la operación se conocerán más detalles pero quizá Butler tenga que decidir si fuerza ante el tramo decisivo del curso o es más conservador en su recuperación. Y quizá los jugadores tengan ahora más presente casos como el de Isaiah Thomas, que no paró en Boston con una lesión de cadera (jugó mermado los playoffs) y no ha recuperado su nivel, en una temporada en la que ya ha sido traspasado de Cavs a Lakers y a las puertas de un verano en el que se han esfumado sus opciones de firmar un contrato cerca de las cantidades máximas.

Los playoffs comienzan el 14 de abril y los Wolves llevan sin estar en ellos desde 2004, una ausencia que parecía destinada a acabar este año. Aunque el equipo de Thibodeau tendrá que hilar fino ahora que seguramente le toca afrontar semanas trascendentales sin un jugador vital: están 36-26, cuartos del Oeste... pero con solo tres partidos de ventaja sobre el noveno, los Clippers.