Hace 13 años y medio, Svetislav Pesic presentó su dimisión en el Barcelona. Se fue por sus diferencias con Valero Rivera, director de la sección por aquel entonces, tras haber ganado una Euroliga, dos Ligas y la Copa del Rey. Este último fue su primer título con el Barcelona en 2003 y lo es también en su segunda etapa con el club. “No hay milagro Pesic. Cada entrenador tiene su forma de entrenar, su filosofía. Para mí esto no es algo nuevo. Un entrenador tiene que adaptarse a sus jugadores, y yo llevo 35 años entrenando”.

Más de una década después, el equipo azulgrana le repescó para enderezar una nave a la deriva. El técnico no entrenaba desde el 2016 (Bayern) y se encontraba esquiando en Suiza con su familia cuando recibió la llamada de Nacho Rodríguez. “Me dijo que era mejor que viniera a Barcelona para hablar, que sería más fácil llegar a un acuerdo, y tomé el primer avión. Hablamos durante dos días antes de llegar a un acuerdo”.

Sito Alonso dejó el equipo con balance negativo (19-21), pero ahora el Barça marcha 4-0. “Si no creyera que este equipo aún puede mejorar más no estaría aquí. Ha demostrado tener un gran potencial. En los últimos ocho minutos teníamos miedo por estar ante un gran trofeo como la Copa”.

Un entrenador atípico, un profesor despistado capaz de guardarse el bolígrafo de un aficionado tras firmar un autógrafo, pero también de llevar al Barcelona a su primera Copa desde 2013. “Jugamos contra el Baskonia, contra el Granca, contra el Real Madrid... Solo no jugamos contra Golden State”, bromeaba. Así es él.