Otro paso más. Los Thunder del Big Three empiezan a parecerse mucho a esa terrorífica versión que aparecía automáticamente en nuestras cabezas después de los movimientos de Sam Presti. El proceso no ha tenido nada de automático, pero poco a poco hemos visto evolucionar a un equipo que ya es una pesadilla para cualquier rival. Una pesadilla por su capacidad defensiva, una pesadilla de playoffs.

Ofensivamente, siguen sin llegar clímax, pero ya han dado con la llave (que vuelva el LetWestbrookBeWestbrook) y lo demás llegará con el tiempo. ¿Lo mejor? La química que se aprecia en cada gesto, en cada ayuda, en cada pelea por un balón. Las sonrisas de unos y otros después de una asistencia, un rebote o un robo de balón. La defensa gana los partidos, el banquillo apoya (ayer mucho: Grant, Felton y Ferguson) y Westbrook se encarga de rematar. Los Thunder han llegado y no se van a ir sin pelear.

Movimiento de balón, defensa (es mucho más de medio equipo) y toneladas de energía para arrancar el partido. 10-0 de salida en el primero, dejando en 1/12 en los tiros a unos Wizards superados que permitieron 20 puntos en la pintura en los primeros 12 minutos (60-40 en el total). Después los visitantes se calmaron y el encuentro empezó de nuevo.

Otro arreón disparó el segundo cuarto, esta vez del banquillo: 13-2 apoyado de nuevo en una genial defensa y los Wizards jugando desde el principio al pilla pilla en ciudad enemiga: nunca han ganado un partido en Oklahoma City. El talento apareció a tiempo y, con 13 triples en la segunda mitad (solo tres en la primera), los visitantes le dieron vida al partido. Le tocaba rematar a Westbrook...

El último cuarto se convirtió en un duelo maravilloso entre Bradley Beal y el propio Westbrook. Dos All Stars que se midieron en una competición de acierto con dos propuestas completamente diferentes: Beal (41+12+7, 15/25 en los tiros y 6/11 en los triples) con una serie de lanzamientos exteriores casi perfecta y Russ (46+6+6, mejor marca en puntos de la temporada con un genial 19/29 en los tiros) atacando el aro una y otra vez.

Oro para Westbrook y sexto triunfo consecutivo (mejor racha de la NBA) para unos Thunder en los que Paul George presenta su candidatura al Mejor Defensor del Año en cada partido (espectacular de nuevo ayer: 4 robos para el líder de la competición, que desvió unos 300 balones), Carmelo Anthony sonríe con 13 puntos, Steven Adams es miembro legítimo del Big Four y la defensa en las alas su pase de entrada a la guerra que serán los próximos playoffs.