Empezó eléctrico el Estu, con mate de Landsberger y triple de Cvetkovic para ponerse 2-5. Sin embargo, tanto estaban fallando los dos equipos, que poco antes de cumplirse los cuatro minutos de partido el marcador señalaba un pírrico 6-5. Se producían alternativas en el juego, pues si dos tiros libres del Ponitka le daban ventaja al Iberostar, 10-7, Cook respondía desde el triple para empatar el partido. El alero polaco lideraba a los suyos, y con cuatro puntos consecutivos selló un marcador de 18-14 al final del primer cuarto.

Consciente de lo que había en juego, un billete a la Copa del Rey para el que ‘simplemente’ le bastaba con ganar, el Iberostar Tenerife se dedicaba a conservar su ventaja, que tras un triple de Rosco Allen ascendía a 9 puntos, 31-22. Niang se hacía grande en la zona, tanto que fuera debajo debajo del aro como en la bombilla, lo que permitió a los suyos tomar definitivamente el mando del partido, como así lo pareció tras un tremendo triple de White sobre la bocina del descanso que supuso el 36-26.

Como un cohete reanudó el partido el equipo de Katsikaris, consciente de sellar cuanto antes su clasificación para la Copa y dedicarle otra plácida tarde el público de ‘La hamburguesa’. Ponitka seguía a lo suyo, y con su 16º punto lanzaba a los suyos, 51-32. A duras penas podía el Estu aguantar las embestidas rivales, y ni siquiera supo aprovecharse de una antideportiva a Vasileiadis.

Un triple de Vicedo acercaba a la formación colegial, 55-42, y White se coronó en el final del tercer periodo con una deliciosa penetración y el posterior tapón a Cvetkovic que dejaba el tanteo en 59-44 y el partido, salvo milagro, finiquitado.

No sorpresa, ni siquiera atisbo de ella, en el último cuarto. El Iberostar machacaba con un triple de Beirán (66-48), con 4 puntos seguidos de un estelar Ponitka (70-49) o con un mate del voluntarioso Niang (72-49). Y así, gustándose y gustando, certificó el Iberostar Tenerife una gran mitad de la temporada, de nuevo favorito en la BCL y clasificado para la Copa del Rey en la vecina Gran Canaria. Poco puede reprocharse el Estudiantes, al que aún le falta para dar el golpe definitivo e instaurarse en la élite de la ACB. Mas está en el camino.