Si la fulgurante arrancada del Delteco Gipuzkoa, un 20-8 de salida con canastas cerquita del aro, hubiera tenido continuidad, el líder habría cerrado la primera vuelta con derrota. Pero el escenario cambió en segundos. Lo vimos a la vuelta del tiempo muerto que Laso se vio forzado a pedir. Llamó al orden defensivo a su tropa y en menos de ocho minutos el parcial blanco era de 10-31 (30-39). El Madrid asaltó el marcador y se hizo con el timón del duelo, que solo soltó un ratito por exceso de confianza en el último cuarto. Hubo deriva entonces, después de la exhibición de Carroll, y el GBC bajó de los diez de desventaja (77-85), pero sin sensación de poder completar la remontada. Los blancos siguen invictos fuera de casa (solo una derrota, ante el Barça en el Palacio) y cierran la primera vuelta con cuatro triunfos de ventaja sobre el segundo. La mayor brecha desde que se juega con el actual sistema de competición (1995).

El duelo lo dinamitó Boom Boom Carroll en el tercer periodo, cuando agarró uno de esos trances tan suyos en los que se ve capaz de pasar por encima de cualquier rival. Dio la bienvenida al minuto 21 con una carrera por la derecha que acabó en 2+1 y de ahí al minuto 27 añadió ¡seis triples sin fallo!

Primero frente a la defensa de Van Lacke; luego de Salvó, un hombre grande (2,05 metros) que coincidió en pista con Norel (2,12) y Clark (2,10) y se quedaba en los bloqueos indirectos, y finalmente ante todo el Delteco que trataba de parar a Carroll con cambios constantes de emparejamiento en cada pantalla. Seis triples sin mácula en cuatro minutos y 22 segundos exactos. Erró el séptimo y Laso le dio un respiro. Acabó con 28 puntos y 7 de 10 de tres.

Semejante exhibición dejó en poco, aunque fuera mucho, los doce tantos de Norel en ese tercer cuarto. El holandés le buscó las cosquillas a Tavares y se las encontró (22 y 10 rebotes firmó, ocho capturas más los locales). Chery también tanteó las vueltas a los bases madridistas, esta vez sin Doncic, que se quedó en casa tras una semana tocado (Causeur sí viajó, pero no jugó). Por lo que hubo once minutos para Randle, ocho puntos y sensaciones malas en defensa y en la lectura del juego. Para Radoncic apenas quedaron 97 segundos.

Cuatro victorias de ventaja a falta de 17 jornadas es lo que dice la clasificación. Nunca el líder fue tan líder a estas alturas.