Ricky Rubio es "un hombre diferente". Así lo asegura Willy Hernangómez, compañero en la Selección Española y también jugador de la NBA. Lo explica en un reportaje de Bleacher Report que gira en torno al cambio de vida de Rubio desde que su madre Tona murió de cáncer.

Ricky habla sobre ello con el periodista Yaron Weitzman: "Me ha hecho ser una persona diferente. Pasar por una experiencia de ese estilo te cambia la vida, la perspectiva. Estás menos preocupado de las pequeñas cosas y ves lo importante. Te das cuenta de que el mañana podría no existir".

Tona Vives, su madre, murió a los 56 años de edad por culpa de un cáncer en mayo de 2016. "Era mi mejor amiga", recuerda. Ricky cuenta cómo viajó de forma exprés a España en el parón del All-Star de aquel año y cómo tuvo que volver unas semanas después para pasar con ella sus últimos días, ayudándola a lavarse, cocinando y recogiendo la casa. "Fue mi oportunidad para demostrarle lo mucho que me importaba", indica.

La válvula de escape para Rubio está siendo hacer de cada día el último. Su mánager y amigo Lucas Charte, pese a comprenderlo, incluso tuvo que pedirle que se lo tomara con más calma. La respuesta de Ricky fue devastadora: "No sabemos si estaremos aquí mañana. No tenemos que dejar el culo en empezar a vivir".

Tras hacer paracaidismo, sus próximos viajes son a Australia y Nepal. Está experimentando también en la NBA, donde el pasado verano pasó de su querida Minnesota a Salt Lake City para jugar con los Jazz. En Utah promedia los mejores números de su carrera en puntos (12,1) y tiros (40,3%).

"El baloncesto es importante, pero la vida lo es más", reza el base de El Masnou.