Walter Edy Tavares, el pívot que quería el Real Madrid para paliar la baja de Kuzmic (toda la temporada) y ahora la de Ayón (cuatro meses), estaba ya este miércoles en Madrid, donde se le vio en el Hospital Sanitas La Moraleja tras pasar el reconocimiento médico. “Si su fichaje se hace oficial antes de que mañana termine el plazo de inscripción en la Liga, lo normal es que juegue contra el Barcelona este domingo”, asegura Laso, que explica también que era la opción número uno del club: “Cuando se lesionó ­Kuzmic era el jugador que queríamos, pero su contratación no había sido posible hasta ahora. Es un muy grande (2,21 m, el segundo más alto en la historia blanca tras Sinanovic), pero también móvil para defender diferentes situaciones del bloqueo y continuación. Necesitábamos eso”. Tavares el deseado.

Pero si su fichaje se ha demorado casi tres semanas no ha sido por su contrato con los Toronto 905 de la Liga de Desarrollo, ni por su deseo de apurar sus opciones en la NBA, sino porque estaba cerca de comprometerse con el ­Barcelona para 2018. Alguna fuente habla incluso de un preacuerdo. El club azulgrana lo quería como relevo de Ante Tomic. Era una de sus prioridades, de hecho ya pujó fuerte hace un año, pero al final vestirá de blanco (hasta 2020) y debutará, si nada lo impide, justo ante el Barça.

El Madrid ata a un pívot, pero ha perdido a dos: “Buscamos en el mercado, aunque no ficharemos un tercer extracomunitario”. Sobre la mesa, la opción de Sebas Saiz (2,05 m y 23 años), cedido en el Burgos.