Darío Brizuela se desató. Desde hace tiempo se esperaba ver una gran actuación suya y, aunque ha tardado, ha llegado: 17 puntos (4/5 en triples) y seis robos para 19 de valoración y +11 con él en el campo ante un Rosa Radom al que se le dio demasiada manga ancha en el tercer cuarto. La calidad y el desparpajo del vasco fueron capitales para que el Movistar Estudiantes superará este segundo partido de la Champions FIBA (78-68). El triunfo coloca a los colegiales como colíderes del grupo C junto al también imbatido Bayreuth alemán y con una racha de tres victorias consecutivas. Una cifra que no se veía en el Ramiro desde finales de enero y principios de febrero de 2015.

Sin Landesberg (herida infectada en la zona inguinal) y sin Vicedo (pequeño esguince), Maldonado enseñó un nuevo quinteto con Dago Peña (con maneras, aunque intermitente) y el canterano Adams Sola presentes en el pabellón Jorge Garbajosa de Torrejón, el nuevo hogar estudiantil en Europa hasta nueva orden. Y sin mucho ruido, con las manos locas de Cook (cinco robos) y Cvetkovic (tres) en defensa y ataques pausados, demasiado a veces ("Estamos estáticos", decía Maldonado en un tiempo muerto), los colegiales rompían fronteras en el marcador a cada paso que daban. El 20-16 de final del primer cuarto (50% en el tiro), con un inicio, otro más, genial de Alec Brown, se convirtió en un +15 (40-25, 3:20) con Brizuela desmelenado. El escolta descerrajó dos triples casi seguidos para una carta de presentación antes del descanso de 10 puntos. Su papel conteniendo a Punter también hizo escuela. Al igual que el de Sola cuando bailó con el estadounidense. Solo las maneras del ex-ACB Auda y el empeño de Sokolowski dejaron abierta una puerta por la que los centroeuropeos se colaron durante diez minutos.

Porque Punter tenía que aparecer. Diez tantos suyos comandaron la remontada del Rosa Radom: del 45-35 al descanso al 57-58 del final del tercer periodo. Un parcial 12-30 cocinado con pérdidas tontas en la penetración, el rebote desatendido (36-45) y la negación ante el triple. Nunca ganarán los colegiales un partido tranquilo. El viento en contra se cortó con la vuelta de la 'Mamba Vasca' y la mejor versión de Hakanson. El primero enchufó dos triples vitales, mientras que el sueco supo forzar hasta el límite a la defensa polaca. Suton arriba y Cvetkovic abajo pusieron el cartel de cerrado. Un partido más en el bolsillo para el Estudiantes en una Champions cuya próxima parada es Estrasburgo.