Una vez cerrado el acuerdo con Gordon Hayward, Boston Celtics maniobraba para abrir brecha salarial con la que firmar un contrato máximo al alero, que decidió no seguir en los Jazz. En el mercado aparecieron nombres como Marcus Smart, Jae Crowder y Avery Bradley, integrantes del núcleo del equipo que fue primero del Este en la última Regular Season y algunos, caso de Bradley, entre los más queridos por el público del Garden. Pero precisamente él, Bradley (último año de contrato: 8,8 millones de dólares), ha salido del equipo con rumbo a Detroit.

El escolta ha sido traspasado a los Pistons en una operación lleva a Marcus Morris (5 millones la próxima temporada) a Boston y con la que los Celtics limpian 3,8 millones con los que operar en el contrato de Hayward. Según la información, adelantada por Adrian Wojnarowski, los Lakers y los Clippers habían peleado también por hacerse por los servicios de un Bradley muy cotizado: tiene buena mano y es uno de los mejores defensores exteriores de la NBA. Pero (como Smart) su continuidad a largo plazo requería una fuerte inversión el próximo verano, así que Danny Ainge ha optado por esta opción, lo que en principio garantiza la continuidad de un Crowder en situación manejable (21,8 millones hasta 2020) a pesar del superávit de aleros con Hayward, Brown, Tatum…

Bradley se va a Detroit con 26 años y después de siete en Boston tras ser número 19 en el draft de 2010. La pasada temporada promedió 16,3 puntos, 6,1 rebotes y un 39% en triples. Adorado por el público del Garden y uno de los jugadores que mejor representaban el proyecto Stevens, se va a los Pistons con Van Gundy a iniciar una nueva etapa. Los Celtics ya tienen margen para Hayward (firmará por cuatro años y 128 millones) por lo que Smart y Crowder tienen más papeletas de seguir.