1. Controlar las pérdidas de balón. En el segundo partido ante el Fenerbahçe, en el WiZinc Center, el Real Madrid ganó pero perdió 18 balones. En la ida, en Estambul, se quedó en 11, dentro de sus números de la temporada: 11,9 por partido, el cuarto dato más bajo de la competición por detrás de Efes, Panathinaikos y Darrusafaka (11,09). En cuartos de la pasada temporada, 12,3 de media. El Madrid tiene que moverse por debajo de esas 11 o 12 para no regalar posesiones y puntos baratos al Fenerbahçe, que aplicará muchísima presión sobre las líneas de pase de los de Laso.

2. Cuidar el rebote en su aro. El Fenerbahçe no ha sido un gran reboteador de ataque en la liga regular pero suele jugar con quintetos muy grandes con los que buscará rebañar segundas opciones. Si el Real Madrid consigue proteger los rechaces, podrá correr, tratar de cambiar el tempo del partido. Necesita sacar tajada de los errores que provoque en el Fenerbahçe.

3. Lectura de la presión de Obradovic. El Fenerbahçe tratará de ganar el partido desde la defensa de la mano de un maestro en la materia como Zeljko Obradovic, contra el que el Real Madrid no ha superado los 78 en ninguno de sus últimos cinco enfrentamientos. El equipo turco presionará al máximo sobre la creación de juego del Real Madrid, con cambios muy arriba para cegar a Llull y Doncic gracias a la capacidad física de interiores como Udoh. El Real Madrid ya lo ha sufrido en los últimos duelos, quizá Laso tenga esta vez nuevas soluciones.

4. Congelar el infierno. Casi 18.000 llenarán el impresionante Sinan Erdem con más de un 80% de aficionados del Fenerbahçe. Así que el equipo turco ejercerá de local a todos los efectos con un ambiente que será temible. La baza del Real Madrid es tratar de dominar de inicio para que ese empuje se convierta finalmente en presión para su rival.

5. Anotar los tiros liberados. Es una obviedad pero no deja de resultar trascendental. Cada vez que el Real Madrid rompa el cepo del Fenerbahçe y obtenga una buena posición de tiro, tiene que anotar. Si empieza a acumular fallos le pondrá las cosas de cara a la defensa del Fenerbahçe.

6. Igualar la batalla física. El Real Madrid tiene que prepararse para un rival ultra físico y para lo que podría derivar en un arbitraje complicado: el factor cancha del Estambul se puede unir con la tolerancia al contacto con la que muchas veces se arbitra en la Final Four. Eso, que le mató en la final de Londres ante le Olympiacos, es algo en lo que el equipo de Laso ha crecido muchísimo. Pero esta vez el resto será mayúsculo: hará falta físico para igualar la pelea pero también concentración si el Fenebahçe sube las revoluciones más de lo debido.

7. Bogdanovic… y Obradovic. Si el Fenerbahçe sale triunfal del fin de semana, será seguramente con Udoh y Bogdanovic como líderes. El pívot es una máquina de producir pero la magia y la capacidad de creación, resolución y liderazgo de Bogdanovic puede convertirse en el factor desequilibrante. Con 24 años y a un paso de la NBA, está cerca de la madurez y jugando a un nivel extraordinario: 26 de valoración media en cuartos de final. Pero el gran personaje es, claro, Zeljko Obradovic: busca su novena Euroliga con el quinto equipo distinto.

8. Randolph como factor X. Desde luego, en Llull y la producción anotadora desde el exterior residen muchas de las opciones del Real Madrid, pero Anthony Randolph puede ser un jugador fundamental no solo anotando sino creando problemas a los interiores del Fenerbahçe, reboteando, intimidando… El equipo blanco no puede permitirse ser dominado en las zonas y Randolph puede culminar en Estambul una excelente primera temporada en el Real Madrid.