THUNDER 109 - ROCKETS 113 (1-3)

Los Rockets acarician el pase a pesar de Westbrook (35+14+14)

Houston pone el 3-1 en la serie tras remontar 14 puntos a los Thunder en el tercer cuarto. El banquillo texano, con un Nene imperial, resultó determinante.

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Los Rockets salen de Oklahoma City con un 3-1 a favor en la eliminatoria que se antoja definitivo. Los Thunder fueron por delante en el marcador más tiempo que su rival, llegaron a contar con 14 puntos de ventaja en el tercer cuarto (70-56 a 8:19 del final del tercer cuarto), Westbrook estuvo de nuevo enorme (35 puntos, 14 rebotes, 14 asistencias y 3 robos), pero ni con esas. Los texanos, primero, aprovecharon el descanso del base para tomar el control (del 75-68 al 79-81 entrados ya en los diez últimos minutos del cuarto decisivo). Con el desenlace aún más cercano, Mike D'Antoni ordenó ejecutar un Hack a Andre Roberson que le mandó a la línea en ocho ocasiones (apenas convirtió dos tiros libres) en apenas 41 segundos. Eric Gordon, James Harden y un Nene Hilario, absolutamente clave con 28 puntos sin fallo en el tiro y 10 rebotes, acabaron inclinando la balanza del lado texano.

Con más corazón que cabeza (llegó fundido al momento de la verdad) Westbrook clavó un triple tras rebote ofensivo de Adams que llegó a poner el 107-108 cuando todo parecía perdido. De repente volvía haber esperanza en OKC. Además con tiempo de sobra, 19 segundos, para apelar a la épica. Pero, por increíble que parezca, los truenos fueron incapaces de parar en falta a ningún contendiente en la posesión siguiente. Bueno sí, con un 2+1 de propina para Nene tras una error garrafal de Jerami Grant. Parecía game over... aunque segundos después Houston se empeñó en aportar al partido unas gotas extra de dramatismo llegando a regalar un balón tras saque de fondo. Todo tras una clarísima falta en ataque de Harden sobre Abrines. Los árbitros no vieron el empujón del base o no quisieron pitarlo porque uno es claro candidato al MVP y el otro un simple rookie. Cuestión de estatus. Finalmente, tras unos minutos finales demenciales, los Rockets se llevaron el triunfo porque fueron mejores cuando hay que serlo. Y porque son mejor equipo. No hay que darle más vueltas. 

Billy Donovan, señalado

Sin entrar a valorar cuestiones tácticas como la de volver a dejar a Kanter fuera de la rotación (el turco apenas jugó 7 minutos), Billy Donovan no salió muy bien parado de este cuarto duelo. Me refiero a su falta de reflejos a la hora de reaccionar ante situaciones clave. Como ya hemos dicho, los visitantes recuperaron la iniciativa con la estrella local descansando. Es cierto que necesitaba un respiro para llegar lo más fresco posible al tramo final (no fue así), pero mantener a Westbrook 4:46 minutos alejado de la cancha y con el parón entre el tercer y último cuarto de por medio fue un error. Tampoco apostó por Oladipo como base en esos momentos. Aunque una temeridad mayor fue la de mantener a Robetson en pista permitiendo que Houston cortara una y otra vez los ataques de su equipo. Donovan reaccionó tarde y, lo que es aún peor, fue a remolque de D'Antoni.

Westbrook iguala a Chamberlain

Oladipo rindió mejor que en en las citas previas, Adams impuso su ley durante ciertas fases en la zona, Roberson volvió a dejarse el alma en defensa... Una aportación insuficiente a pesar de contar con un jugador mayúsculo que enlazó su tercer triple-doble en estos playoffs. Algo que solo Wilt Chamberlain había conseguido antes. Comenzó mostrando su perfil más colectivo para acabar luciendo galones y culminando la gran mayoría de ataques. Más allá de las posibles lecturas y de su 10/28 en el lanzamiento, cabe destacar el +14 cosechado por los Thunder durante los cerca de 39 minutos que Russ estuvo sobre el parqué del Chesapeake (¡-18 sin él!). "Estamos juntos en esto. Somos un equipo. No nos separéis", respondió Westbrook en rueda de prensa al ser preguntado por los problemas que atraviesa OKC cuando él no está. Mensaje adecuado, pero necesita más ayuda de sus compañeros.

El banquillo de Houston

Una vez más, las diferencias entre Thunder y Rockets fueron muy evidentes. Si los truenos son incapaces de vivir sin su estrella, Houston es capaz de sacar adelante un partido a domicilio de playoffs con Harden en un discreto segundo plano. El resto de titulares tampoco marcaron la diferencia. Lo hizo su banquillo. Una segunda unidad limitada a tres jugadores, pero qué jugadores. Entre Nene (+24 con él en pista), Lou Williams (+10) y Eric Gordon (+18) contabilizaron 64 tantos y 25 rebotes. Mención especial para el primero, quien igualó el récord de más tiros de campo convertidos sin fallo en partido de playoffs: en 1975 Larry McNeil también firmó un 12/12 con Sacramento. Mucha dinamita.