PANATHINAIKOS 88 - REAL MADRID 82

El Panathinaikos de Xavi Pascual asfixia al Madrid en el OAKA

La actuación de Singleton, excompañero de Randolph y Draper en el Lokomotiv, fue clave al final. Anotó 9 de sus 21 puntos en los últimos cuatro minutos. El Madrid, 16 pérdidas.

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El Panathinaikos de Xavi Pascual es el equipo que menos balones pierde de toda la Euroliga, e incluso así esta vez se superó (apenas ocho), y es también el cuarto que menos puntos encaja. Y de ambas cosas hizo virtud. Controló el ritmo, redujo casi a cero las galopadas del rival, le forzó pérdidas (13 en dos cuartos y medio, 16 al final) y armó desde ahí su juego. Y desde el apoyo nada desdeñable de la grada (16.800 aficionados), de un OAKA donde cuenta doce triunfos en trece partidos.

El Madrid, pese a todo, estuvo siempre a tiro de una racha corta, de un par de canastas. Primero gracias a Randolph y a Llull, que luego se apagó. Más tarde por un Hunter más en forma que Ayón y el trabajo de Rudy. Ambos conectan bien. El momento del Real pareció llegar con Llull en el banquillo (55-58), aunque Doncic tampoco andaba fino: le atosigaron muy lejos de la canasta y sufrió con el bote. Perdió el gobierno (recurrió varias veces a Taylor como apoyo) y nunca pudo encarar el aro ni crear juego. Esas dudas tuvieron consecuencias porque también extravió el golpe de muñeca en el tiro.

Los blancos dejaron pasar varias opciones de abrir hueco, aunque aun así llegaron arriba al minuto 35: 66-68. El descanso para el acertado Randolph se hizo demasiado largo y justo cuando regresó a escena (a 2:49 del final tras 7:18 en el banquillo) el PAO tocaba techo: 77-71. Resultó decisivo el todoterreno Chris Singleton, un LeBron a la europea, aunque más interior que la estrella NBA (actúa muchos minutos de cinco). Excompañero el curso pasado de Randolph y Draper en el Lokomotiv, y de Claver y Bartzokas, anotó 9 de sus 21 puntos en los últimos cuatro minutos. Pura versatilidad.

El rebote de ataque había dado algo de vida a los de Laso (16 a 11) pero aun así (incluidos los tiros libres) tuvieron cuatro lanzamientos menos. Solo Llull y Rudy asistían y las pérdidas les hicieron pupa (cinco de las 16 de Llull). Varias ocurrieron en primera línea provocando contraataques francos y algún 2+1.

Atrás, el Madrid acumuló despistes pero también buenos momentos que aturullaron a los locales. Cambios rápidos tras bloqueo para frenar a los tiradores y alternativas defensivas, incluida la zona. Quizá lo mejor de su noche porque sin referentes en ataque, ni Llull ni Doncic, apenas un par de zarpazos de Carroll y con Randolph en el banco, le faltó fluir como grupo.

Los últimos segundos fueron una pugna por un average particular (87-84 en la ida) que se queda en Grecia. Es el primer rival hasta ahora en esta Euroliga con el que perdería en caso de empate. El liderato queda a expensas del Baskonia-CSKA de este viernes.

Felipe Reyes cumplió 37 años y tendrá celebraciones mejores. Pero atrapó dos rebotes, por uno Bourousis, y ambos igualan al frente de la clasificación histórica con 1.570 capturas. Las curvas se acentuarán la semana que viene: otro viaje a Atenas. Toca Clásico el miércoles y el Olympiacos el viernes.

Sigue la narración del partido de la jornada 27 de la Euroliga: Real Madrid-Barcelona