ESTU 83 - JOVENTUT 71

El duelo de las canteras se lo apunta Edwin Jackson

El escolta, máximo anotador de la Liga Endesa, acabó con 27 puntos. El Estu se escapó en el tercer cuarto gracias a su acierto en triples: 5/7 en ese asalto.

0

liga endesa

El duelo histórico de las canteras lo decidió un francés: Edwin Jackson. El escolta, que no encajó ni en Barcelona ni en Málaga, está demostrando de qué pasta está hecha en el Estudiantes. Máximo anotador de la Liga Endesa (18,7 puntos) y un gran desastascador ofensivo, como pudo comprobar su equipo cuando el partido más se complicaba. La tercera victoria del curso vino con él.

El Movistar Estudiantes gozó de una ligera ventaja en el primer cuarto (12-7) con un Traoré muy activo en la pintura, pero el acierto en triples de ambos equipos era sonrojante: 0/6 para los colegiales y 1/6 para la Penya. Un desastre. Brizuela salió para darle otro aire al equipo, pero se torció el tobillo a los tres minutos. Malas noticias. Y ahí el Joventut despegó a los mandos de Sergi Vidal. La Penya mandaba por once (22-33) cuando Jackson arregló el estropicio solito. Con once puntos casi consecutivos —sólo un triple de Dylan Page por medio—, el francés mandó el partido al descanso con una leve ventaja del Joventut (36-38). Bienvenidos, a un nuevo show Jackson.

El tercer cuarto terminó de rematar al Divina Seguros Joventut: el Estudiantes veía el aro como una piscina. Los colegiales se divirtieron y los triples comenzaron a entrar: 5/7 en este cuarto y tres canastas consecutivas de tres puntos (un 2+1 de Jordi Grimau incluido) para acomodarse en un colchón de una decena de puntos (62-51). El Estu sólo se bajo de él en un par de ocasiones (75-66 y 77-68), pero se estaba demasiado a gusto ahí arriba. Un triple de Jaime Fernández recondujó la situación a falta de dos minutos. La victoria no se marchaba a Badalona. Jackson corrió el contraataque para anotar su punto 25. "Ser el máximo anotador no es un premio si mi equipo no gana", dijo en la derrota del Iberostar. Este domingo, en cambio, el francés se marchó con una sonrisa de oreja a oreja.