No fue el goteo incesante de puntos de Londres de hace cuatro años (156-73 fue el resultado final de aquella histórica paliza), pero Estados Unidos volvió a masacrar a Nigeria (110-66) en su último partido de preparación de cara a los Juegos de Río. Salvo Argentina (y eso que ya alejada de aquella selección que conquistó la gloria olímpica en Atenas hace una docena de años), ninguno de los rivales del 'Team USA' parecían suponer, a simple vista, una amenaza real. Dicho y hecho. Tocará esperar al cada vez más cercano día 6 para ver si algún equipo es capaz de llevar al límite (o almenos exprimir) a los chicos de Mike Krzyzewski. En Houston, y con la presencia de un Craig Sager merecidamente ovacionado, el 'Coach' K volvió a disponer de inicio un nuevo quinteto, además de reservar a los tocados Kyrie Irving y Paul George. Poco importó. Una vez sacudida la resistencia africana (se pasó del 11-10 cruzado el ecuador del primer cuarto al 41-16 a siete minutos del descanso), el partido se convirtió en una nueva exhibición. 

Como decíamos, Estados Unidos refuerza aún más si cabe su candidatura al oro tras esta gira en la que ha anotado 102,8 tantos por noche (sólo se quedó sin sobrepasar el centenar ante Venezuela) y cosechado una diferencia media de +43 en estos cinco compromisos amistosos. En su última cita de la puesta a punto, volvieron a recuperar el tiro exterior tras el paupérrimo 4/25 logrado ante los campeones del FIBA Américas en Chicago. Con un Klay Thompson con la muñeca caliente (5/9 desde el más allá del arco) lograron un 13/33 que supuso una losa insalvable para una Nigeria que tiene muy cuesta arriba clasificarse para cuartos en Río.

Los diez hombres con los que contó Krzyzewski consiguieron al menos una canasta en juego, logrando seis de ellos dobles dígitos en anotación (faceta en la que destacó Carmelo Anthony —el líder espiritual de este equipo— con 19 puntos en los mismo minutos sobre el parqué). También ha sido una constante en esta gira el reparto del tiempo en cancha. Entre el que menos jugó (Draymond Green con 16) y el más utilizado (Lowry, 27) hubo un desfase de 11 minutos. Cantidad que hubiese sido mucho menor de no haber cuasado baja Irving. Además del buen hacer de 'Melo', DeAndre Jordan (10+9) y DeMarcus Cousins (10+5) volvieron a dominar en la pintura mientras que el ya mencionado Klay y su compañero Kevin Durant lideraban la anotación exterior. Aunque sería injusto no mencionar al gran protagonista del show. DeMar DeRozan volvió a deleitar al público con sus vuelos y mates más propios del Fin de Semana de las Estrellas que de un duelo entre selecciones disputado con normas FIBA.

Sus brincos simbolizan la superioridad de una Estados Unidos a la que todo lo que no sea verla con la medalla de oro al cuello el próximo día 21 será una sorpresa mayúscula. Junto a su selección femenina (también muy favorita a subirse a lo más alto del podio) pondrán esta noche —madrugada en España— rumbo a Río. Los Juegos están a la vuelta de la esquina.