Momento clave de la temporada para muchos de los equipos que, a estas alturas de la competición, siguen aspirando a una plaza de playoffs. Los New York Knicks son el ejemplo perfecto. Décimos en la Conferencia Este (23-27), a tres partidos del octavo puesto que ocupa Indiana Pacers, sueñan con volver a la post temporada después de cuajar la peor campaña de su historia (17-65 en 2015). Sin contar algún posible traspaso antes del cierre del próximo 18 de febrero (parece que se están moviendo para reforzar la posición de base), ¿qué necesitan los knickerbockers para tener opciones de llegar a los ansiados playoffs?

Las estadísticas son el día a día de la NBA actual, y hay una en particular que deja muy claro por dónde pasan las opciones de la franquicia afincada en Manhattan: todo pasa por la aportación de la pareja que forman Carmelo Anthony y Arron Afflalo.

Matemáticas fáciles

Repasando los 50 partidos que ha disputado hasta ahora el conjunto neoyorquino, hay un dato que llama poderosamente la atención: cuando ambos coinciden y superan la barrera de los 15 puntos, los Knicks no pierden un solo partido. 10-0 es el récord de la franquicia cuando el '2' y el '3' titular alcanzan la quincena, 13-27 cuando alguno de los dos no llega a la mencionada marca (o no juega). Carmelo siempre ha vivido por encima de los 15 tantos, de ahí la gran importancia de Afflalo.

Entre los dos jugadores se han perdido 14 partidos de temporada regular, seis Melo (0-6 para los NYK) y ocho el ex de la Universidad de California (los ocho primeros del curso, 4-4). Anthony ha sumado 15 o más puntos en 37 de los 44 encuentros que sí ha disputado, pero Afflalo solo ha llegado a la cifra mágica en 17 (cinco de ellos sin el '7'). Así, haciendo un pequeño análisis, la conclusión es fácil y relativamente sencilla de ejecutar: los Knicks necesitan mayor producción ofensiva de su escolta titular. Afflalo promedia 14 puntos por partido y subir esa media por encima de lo 15 podría significar un incremento notable en el casillero de victorias del equipo de Derek Fisher. Está claro, balones a AA. Y acierto por su parte, claro.