Se perdió por lesión el Eurobasket y el principio de la temporada de Valencia. Volvió con un equipo en pleno vuelo y fue entrando poco a poco intercalando su calidad con algunos errores propios de la inactividad. Pero este domingo se coronó en Andorra, muy cerca de su país. Antoine Diot cogió el relevo de Dubljevic y anotó los últimos nueve puntos de Valencia Basket (dos triples, uno sobre la bocina; una de dos; y un tiro libre) que tumbaron a un MoraBanc Andorra que es un duro hueso en su cancha. El Valencia Basket ya ha igualado el segundo mejor arranque de la historia en ACB (Barcelona, 2009-10) y ya solo tiene por encima el 27-0 del Real Madrid, de hace dos temporadas. Sumando los triunfos en Europa el balance es de 26-0. Ni los Warriors.

Al Valencia Basket de los récords le esperaba una de las pistas más calientes de la Liga Endesa. Un equipo aguerrido, en buena racha, y con el extra de motivación de tener la Copa del Rey muy cerca. A cualquiera se le habría encogido la mano (al fin y al cabo con un 25-0 todo se habría perdonado), sobre todo tras ver el intenso arranque de MoraBanc Andorra. Pero no a este Valencia Basket, que quiere más y más. Y sobre todo, pregona a los cuatro vientos que quien le quiera derrotar lo hará sudando sangre. Tenía el partido estudiado Pedro Martínez. Si otros días Valencia martilleaba desde el perímetro, esta vez tocaba cargar dentro. Una y otra vez Hamilton y Dubljevic se hacían muy grandes en la pintura. Todavía más cuando Shermadini se fue al banco pronto con dos faltas. Pero el Andorra no cedía ante el empuje taronja. Cualquier otro ya se habría quedado atrás. Bogdanovic se echó su equipo a la espalda en el primer acto.

El segundo cuarto comenzó con un triplazo a una pierna de Guillem Vives. El baloncesto de ataque brillaba sobre las defensas. A un triple de Clark, le respondía otro de Shurna; a un alley-oop de Jones, una entrada fácil de Guillem; a un gancho de Shermadini, una bandeja de Rafa Martínez… El ritmo no bajaba y el marcador era alto. La rotación andorrana, en teoría larga pero de menor calidad que la del Valencia, aguantaba bien el tipo. Las ventajas, exiguas, iban bailando de un lado a otro, jugada a jugada. Una bomba de Diot, a falta de 3,6 segundos para el descanso ponía las tablas (44-44). Máxima igualdad. Dos cuartos por jugar.

Un triple de Diot, tras el asueto, parecía vaticinar el despegue taronja. Nada más lejos de la realidad. Andorra empezó a apretar atrás y Valencia tardó en hacer lo propio. En un abrir y cerrar de ojos, los locales se pusieron seis arriba con una canasta de Beto (55-49, min. 26) y por segunda vez en todo el año (la primera fue en Ulm que ganó con un triple sobre la bocina) se vio que Valencia podía hincar la rodilla. Pero a este Valencia hay que matarlo siete veces para que no se levante. Y a base de casta y con varios tiros libres seguidos de San Emeterio volvió a empatar (62-62). Máxima igualdad. Un cuarto por jugar.

Y al final, el partido se rompió como le gusta a Valencia: a base de triplazos. La iniciativa la tomó con dos triples en una misma jugada. Triple de Shurna, falta en el bloqueo de Clark, y otra posesión que acabó en triple de San Emeterio (min. 32). Schreiner encendió la caldera andorrana con otro triple pero Dubi contestó con otra canasta desde más allá del 6,75. La victoria merodeaba a Valencia y este la agarró del cuello. Dos tiros libres del montenegrino pusieron la máxima ventaja (69-77, min 36). La tímida reacción de Bogdanovic, cinco puntos seguidos, la mitigó Diot a base de triples. Y hasta ahí llegó Andorra.