UNICAJA 94- REAL MADRID 79

Un exuberante Unicaja corta la racha del Real Madrid

El anfitrión, acertado en el triple (13 de 27), fue muy superior a los de Laso. Cinco jugadores cajistas acabaron con dobles dígitos. En el Madrid, el mejor fue Reyes.

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LIGA ENDESA

La pedía Plaza, y ahí la tiene. La oportunidad de estrenar palmarés en la Supercopa. La de incluir su nombre junto al del Joventut, Baskonia, Madrid y Barcelona. La de ganar el primer título para Málaga en nueve años, desde aquella Liga con Garbajosa y Scariolo en 2006. Y la tendrá porque pasó por encima del Madrid de los récords tras reaccionar a un mal inicio. A un arranque que le situaba ocho abajo (4-12 mientras Reyes y Ayón jugaban a las parejas).

De ahí en adelante fue un demarraje hacia la excelencia, hacia la gloria con la manita (13 triples) y el corazón (16 rebotes en ataque) calientes. Más brega y más ritmo. Una exuberancia física que le permitía desbordar en cada acción. Bien Will Thomas de inicio (ocho puntos seguidos en la reacción), y brillantísimos el lituano Kuzminskas (Nocioni, que bajó al puesto de alero, no pudo con él) y el serbio Nedovic, qué piernas. Puro talento, como el del acelerado Jamar Smith. Si pasáramos sus prisas por epatar por un tamiz, nos quedaría lo que es, un jugón. Buen equipo este Unicaja, con el exmadridista Dani Díez uniéndose a la fiesta y la roca Hendrix en labor sorda.

Y el Madrid, ¿qué? Adiós a su racha ganadora, a ese asalto por encadenar seis títulos, un récord en el baloncesto español. Marca que se queda en cinco. Nadie esperaba un batacazo así, pero había señales de no muy difícil lectura que lo anticipaban.

Sin Rudy y sin Taylor, el nivel defensivo en el perímetro quedaba reducido al mínimo. Por el camino, además, se lesionó Maciulis (ojo a la virulé y fuera del choque con 58-46 en el minuto 25). Tras el Eurobasket, también el FIBA Américas, los internacionales blancos hicieron un esfuerzo extra por una Intercontinental novedosa que apetecía ganar. El doble duelo y el viaje a Brasil pasó factura. Los jugadores respiraron: misión cumplida. Era humano relajarse, lo vimos, salvo en Felipe Reyes (18 puntos, 10 rebotes y 25 de valoración), que a veces parece de otro planeta.

Controlado Carroll, el Madrid se entregó a un Sergio Rodríguez con fiebre. Se puso bajo las vías y sostuvo al tren... hasta el descanso. Un KO que eleva al Unicaja a la vez que aprecia los éxitos del Madrid, aquellos que se deslizaron en catarata sin límite. Pero lo hubo. Cinco seguidos.