ESPAÑA 82-VENEZUELA 80

Un palmeo de Reyes salva del desastre a la peor España

La Selección sufrió ante Venezuela, que ganaba por 6 (67-73) a tres minutos del final. La buena noticia fue la reaparición de Álex Abrines.

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La Selección española continúa con su puesta a punto, aunque la gran imagen mostrada ante Senegal el domingo se esfumó en Burgos. España sufrió —y mucho— ante un equipo muy inferior, pero que se tomó el partido más en serio, no como si fuera una pachanga. La buena noticia fue la reaparición de Álex Abrines, recuperado de una fascitis plantar que tenía en vela a Scariolo y compañía. A la Selección le faltó frescura ante Venezuela, un equipo mucho más rodado y que nunca ha ganado a España. Seguirá siendo así, aunque se quedó muy muy cerca. La imagen que dejó el equipo sudamericano en Burgos fue excelente: un grupo de jugones, con Anthony Pérez y Vargas a la cabeza, que aprovechó su velocidad por la línea de fondo en el uno contra uno, que le puso ritmo al partido y buscó la canasta con descaro.

También ayudó que se topara con una Selección a medio gas. Los pívots españoles dominaron al principio (28 de los 38 puntos al descanso fueron suyos), pero en defensa el equipo era un desastre para desesperación de Scariolo. Sólo esa superioridad en la pintura, la incidencia de Mirotic, de lo mejor de España en esta preparación, y el acierto desde el tiro libre (15 de 17 al descanso), le permitió irse al descanso arriba en el marcador. Por cierto, fue con dos tiros libres de Pau Gasol, que pusieron el 40-37, y con los que superó a Emiliano Rodríguez para convertirse en el segundo máximo anotador en la historia de España.

Con un equipo atípico en pista (Guillen, Rabaseda, Rudy, Mirotic y Aguilar), España mejoró atrás. Cuatro puntos seguidos de Rudy pusieron la máxima (63-55), pero los continuos despistes defensivos y la poca intensidad atrás vaticinaban un desastre. España jugaba con fuego (67-73) y sólo con el peligro de quemarse se puso las pilas. En poco más de un minuto le dio la vuelta al marcador (74-73). Un triple desde la esquina de Felipe, que no tocó ni aro, mandó a Vargas a la línea de tiros libres a falta de 12 segundos. Empate a 80-80 y última bola para la Selección. Pero el capi madridista se resarció para convertirse en el héroe con un palmeo sobre la bocina de un tiro de Sergio desde el mediocampo . España se fue con una sonrisa, pero por esa canasta in extremis; no por la mala imagen dejada en Burgos. Queda muchísimo trabajo por hacer.