Los Grizzlies tenían un plan, pero superar a estos Warriors es misión casi imposible para cualquiera y se ha visto en el primer partido de las semifinales del Oeste (101-86). Ante la dificultad de frenar su ritmo anotador (32 puntos en el primer cuarto, 29 en el segundo…), Memphis apostó por atacar también a saco, con transiciones tan rápidas como las de su rival. Pero mientras en Golden State cualquiera es capaz de encestar en un santiamén (en la primera mitad ya habían sumado puntos 10 jugadores) estos Grizzlies sin Mike Conley (ojo izquierdo a la virulé y cara rota) no tienen tantos mimbres ni calidad suficiente para copiar el modelo. Y además, se topan con la horma de su zapato en el aspecto defensivo. Y con una máquina de meter triples: 13-3 en ese apartado.

En los dos primeros cuartos, los de Joerger, sin aprovechar del todo el poder interior de Marc Gasol (21 puntos y 9 rebotes) y Zach Randolph (20 y 9) que, eso sí, cargaron de faltas a Andrew Bogut y Draymond Green (gran inicio con tres triples), aguantaron el tipo y, tras estar 16 abajo (49-33), se fueron al descanso a 10 (61-51). Pero después volvieron atascados en ataque y los Warriors, todo lo contrario: movieron el balón como los ángeles buscando tiros abiertos… y los encontraron. Con dos triples de los Splash Brothers, Klay Thompson y Stephen Curry, se marcharon hasta los 20 de diferencia (80-60). Atrás echaron el cerrojo y sólo permitieron 14 puntos visitantes en el tercer periodo.

Los Warriors agotan a cualquiera. Pueden empezar percutiendo con Green, martillearte luego con Barnes, recurrir después a Thompson y Curry (22 puntos y 7 asistencias), y cuando menos te lo esperas, hacerte pupa con Barbosa y Speights. Mucho equipo. En Memphis, Tony Allen y Courtney Lee aportaron, no así Jeff Green y Vince Carter. Poca oposición. La esperanza en esta eliminatoria para los Grizzlies es aprovechar los errores del equipo de Steve Kerr en los pases, que pueden llegar por su juego alegre. Esta noche anotaron 18 puntos tras pérdidas, pero también descuidaron el balón. Y así es imposible ganar a los principales aspirantes al anillo, con permiso de los Cavaliers… o quién sabe si de los Bulls. Desde este lunes se verá. Esta eliminatoria huele a 4-0 si Joerger no encuentra soluciones ni recupera pronto a Conley.