Bojan Bogdanovic ha explotado esta noche de domingo en el Barclays Center de Brooklyn. El croata, canterano del Real Madrid entre 2005 y 2009, despachó el mejor partido de su corta carrera en la NBA con 22 puntos, 6 rebotes, 1 asistencia y 2 robos en 31 minutos de juego. Con estos números facilitó sobremanera la victoria de los Nets ante los Magic (104-96), quienes comenzaron mandando a lomos de otro balcánico, Nikola Vucevic, que está haciendo un temporadón. El pívot montenegrino terminó con 27 tantos y 12 capturas, pero la gran actuación de Bogdanovic, sobre todo en un tercer cuarto donde anotó 11 puntos, tiró por tierra la exhibición de su vecino. Para completar el fuerte sabor a sal del Mar Adriático que hubo en el partido, el bosnio Mirza Teletovic aportó a los de Brooklyn 7 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias en 19 minutos.

En la corta rotación que maneja Lionel Hollins, nadie falló. Al margen de Bogdanovic, que cuenta desde el principio con la confianza plena del técnico, la máquina de los Nets se fue engrasando alrededor de Deron Williams, con buenas acciones de Joe Johnson, Brook Lopez, Mason Plumlee... y píldoras de sabiduría del eterno Kevin Garnett, que coqueteó con el triple-doble (8 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias). Enfrente, estuvieron finos Frye, Harris y Fournier (el francés, de más a menos), pero el banquillo perdió la batalla (31-24). Orlando dará guerra aunque tiene problemas en el puesto de base con el joven Elfrid Payton y Ridnour.

Los dos primeros cuartos fueron para los Magic por un estrecho margen (23-24 y 50-52). En ese tiempo llegaron a tener siete tantos de ventaja (40-47). Pero luego vino el show de Bogdanovic y esos 11 puntos casi seguidos que dieron el mando a los Nets. Deron, Johnson y Teletovic apuntalaron la ventaja local que se fue a los 8 de diferencia (72-64). No se rindió Orlando y Frye volteó el marcador (87-89) con un triple, pero el croata respondió con otro y la energía del ex del Barça Alan Anderson hizo el resto. Bogdanovic, que le ha comido la tostada al ruso Kirilenko (ayer no jugó ni un minuto) puso el broche final a su gran noche con una última canasta, la que estableció su tope en la NBA en esos 22 puntos que no se le olvidarán fácilmente. "En el equipo todos me han ayudado a adaptarme, el entrenador, los ayudantes, los compañeros... Así todo ha sido mucho más fácil y he podido sentirme cada vez mejor en la pista", dijo al final.