BARCELONA 86- TUROW 67

Un Halloween sin ningún susto

El Barcelona gana sin problemas al Turow y se mantiene como invicto del grupo de la muerte: 3-0 antes de visitar al Fenerbahçe. Los mejores Doellman, Abrines y Thomas.

0

El último equipo polaco que visitó el Palau, también en primera fase de Euroliga, fue el Asseco Prokom que perdió 88-66 (118-41 en valoración). El Turow le dio el relevo poco más de tres años después y se llevó un resultado prácticamente idéntico: 86-67. En valoración, 104-57. Cosas. Pero el Barcelona tenía en mente un precedente más peligroso: jugaba justo un año después de que, también en noche de Halloween, asaltara el Palau aquel Nanterre que llegaba también como Cenicienta. No hubo secuela de la película de terror ni amago de maldición a la vista: el Barça ganó cómo y cuándo quiso, todavía en construcción pero a un nivel mucho más alto que el que mostraba hace un año a estas alturas: ahora 3-0 en Euroliga con 82,3 puntos de anotación media. Entonces, 1-2 con 68. Cosas...

Con ese 3-0, líder y único invicto en el grupo de la muerte, el Barcelona visitará tranquilo la semana que viene al Fenerbahçe de Obradovic. El Turow fue poco más que un sparring, construido a partir de un estilo descarado y heterodoxo que estorba a equipos cuadriculados como el Panathinaikos (84-77 en la primera jornada) pero no sostiene un intercambio de golpes contra el talento y la profundidad del Barcelona. Sin referencias fuertes en la zona, tuvo suerte de que Tomic (4/10 en tiros libres) y Pleiss tuvieran un día más bien anémico. Tampoco pudo sacar especial tajada y apenas hizo la goma cada vez que el Barça se ponía a pensar en otra cosa (56-50, minuto 27). En el marcador fueron y vinieron, en sensaciones no estuvieron nunca cerca. De sus estrellas respondió Kulig, un pívot móvil y con buena muñeca, pero no un Mardy Collins que necesitó demasiados tiros (16) para sumar 15 puntos.

Tras un inicio vibrante (13-6, minuto 4), el Barcelona se bastó hasta el descanso con el rebote de ataque (9-1, 14-6 al final) y el despliegue de Doellman, que concentró en ese tramo su producción (20 puntos, 8 rebotes) para casi igualar el solo la valoración de todo el Turow (31-33). En el tercer cuarto, y después de discreto correcalles, el partido desapareció bajo los pies de Abrines y Thomas, que sumaron en ese parcial 18 puntos, los mismos que todo el equipo polaco. El mallorquín está en un estado de perenne efervescencia y el norteamericano replicó aquel gran partido de hace año un con la camiseta del Nanterre, el que seguramente le valió una buena parte de su actual contrato con el Barça.

No hizo falta mucho más. Bastó con un par de arreones quirúrgicos, un partido serio de Oleson y Lampe y el hundimiento final de un Turow que anotó dos puntos en los siete primeros minutos del último cuarto (83-57, máxima ventaja). El Barcelona, todavía sin Navarro, marcha a buen ritmo, en construcción saludable y con un 7-0 (con casi 80 puntos de anotación media) entre ACB y Euroliga desde que perdió la final de la Supercopa. Viento en popa.