Chus Mateo: "El Planeta China sólo se puede entender allí"

EL REPORTAJE

Chus Mateo: "El Planeta China sólo se puede entender allí"

Chus Mateo: "El Planeta China sólo se puede entender allí"

AFP

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Chus Mateo, primer español en la emergente Liga, cuenta su vivencia. "Pedí un traductor; no debieron encontrarlo entre 1.300 millones..."

Chus Mateo (23-1-1969, Madrid) es el primer técnico español de baloncesto que desembarca en el "Planeta China". Así denomina él a ese país inabarcable al que el fenómeno Yao Ming (hoy dueño de un club, los Shanghai Sharks) convirtió en apasionado de la canasta. A su Liga, sin embargo, ha llegado antes el dinero que la estructura. Es un fenomenal derroche de estrellas exNBA: Tracy McGrady (su equipo, Quindao, va último), Marbury o Gilbert Arenas, pero sus mecanismos y propietarios son sorprendentes. "Intento adaptarme, pero es inimaginable...".

El Shanxi Zhongyu Brave Dragons es el equipo que dirige Mateo. Juega en Taiyuan, capital de la provincia de Shanxi. Viven 35 millones de personas. "Una de las ciudades con más contaminación en China, vive de las minas de carbón. Las chimeneas funcionan las 24 horas...". A 550 kilómetros de Pekín, crece indiscriminadamente. Hay dinero, se construye por castigo. "Dicen que la avenida más grande de Taiyuan la mandó construir Mao cuando no había aeropuerto. Seis carriles por sentido".

Chus y su segundo, Paco Aurioles, viven en el Grand Metro Park Wanshi Hotel, fuera de La Base, centro de trabajo y residencia de todos los chinos del equipo. "Obedecen órdenes casi militarmente". El Shanxi, tercero actualmente en la Liga, entrenó dos veces al día y hasta por la noche en pretemporada. Impensable en Europa. El día que Chus conoció a sus jugadores encontró esto: "Me recibieron en dos filas, perfectamente alineados, de menor a mayor por altura. Y eso que dije que era una presentación informal". "El tráfico es inexplicable. Se conduce en todas las direcciones y en todos los sentidos. Las bicicletas y las motos van sin luz por la noche porque tienen poca autonomía propia".

Y la comida... "Un empresario nos invitó a cenar una noche. Como el menú está en chino, siempre piden por nosotros. Nos sirvieron una sopa con unos tropezones sospechosos Era pepino de mar. De lo más nutritivo de la comida china, pero yo no sabía dónde mirar. ¡Y eso que el restaurante era de lujo!".

Muro final: el idioma. "Pedí un traductor español-chino pero no debieron encontrarlo. Debe ser difícil entre una población de mil trescientos millones de personas", ironiza Chus. El traductor inglés-chino es Jeff, abreviatura de Li Jiang Fei, un chico que se preparó en Nueva Zelanda durante nueve años Pero aun así, "en los tiempos muertos apenas hay tiempo para dar una idea o dos. Tengo que gesticular mucho. Desde la grada debo parecer un mimo".

Visitado por su familia esta Navidad (imposible regresar para él con tres o cuatro partidos por semana), al menos encontró una compañía casual. "El equipo de chicas de la ciudad, el Shanxi Xing Rui Flame, es entrenado por otros dos españoles: Lucas Mondelo y César Rupérez. Al menos podemos tomar un café o una cerveza juntos".

La Liga

Es cerrada. Hay dinero y proyección. La CCTV5, canal deportivo de la televisión pública del país, se vuelca. Pabellones para 20.000 personas se llenan. La normativa es NBA (cuartos de 12 minutos, por ejemplo), pero hay reglas curiosas: los estadounidenses (dos permitidos por equipo) no pueden sumar entre ambos más de seis cuartos. Es decir, si uno de ellos juega el partido entero, el otro sólo podrá actuar en dos cuartos. Ex ACB (Haislip, Pooh Jeter, PJ Ramos o Will McDonald) emigraron al enigmático Planeta China donde hay dinero, pero mil historias subterráneas que alguna vez serán contadas.

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