Los dos equipos se emplearon con un ritmo de competición notable, a pesar de los bajones experimentados en momentos determinados del partido. Dos ejemplos clarificadores: antes de concluir el último cuarto, el cuadro bilbaíno, con un parcial de 0-9, se colocó con una apreciable ventaja en el marcador (54-64). Pues bien, nada más comenzar el último acto, el equipo madrileño le dio la vuelta al partido con un contundente 16-2 a favor.
Las actuaciones individuales del escolta estadounidense incorporado esta temporada Brad Oleson y del alero asturiano Saúl Blanco, con el añadido de más constancia en defensa que su adversario, fueron las claves del triunfo local. En el visitante, fue el alero checo Lukas Recker el mejor de entre los suyos.