Rudy y Ricky conquistan Vistalegre

ACB | Real Madrid 93 - Joventut 101

Rudy y Ricky conquistan Vistalegre

El DKV Joventut dejó su impronta en Vistalegre y se erigió en el segundo equipo que derrota al Real Madrid en casa esta temporada, algo que sucedió después de cuarenta minutos vibrantes, polémicos y plagados de demostraciones de calidad y talento individual que acabaron con los verdinegros proclamando su candidatura al título de la ACB.

Pretender que los dos primeros equipos de la tabla, que el Real Madrid y el DKV Joventut, puedan sorprenderse a estas alturas resulta poco factible. Sin embargo, ambos entrenadores, Aíto García Reneses, último técnico campeón de la Copa ULEB, y Joan Plaza, anterior campeón de la segunda competición continental, lo intentaron.

El vídeo y el ''scouting'' (análisis de los rivales) han hecho que la capacidad de coger desprevenido a un adversario merme notablemente. Uno de los últimos mecanismos para sorprender, el más fiable, el único que resiste todos los exámenes y todas las pizarras, estriba en el talento, una capacidad que se puede entrenar, que se posee o se envidia.

Entre las plantillas de estas dos históricos hay mucho talento, además, talento solidario, del que hace destacar a los jugadores individualmente y contribuye a la grandeza de los equipos. Es decir, que siempre queda margen para que sus técnicos pretendan ganar la partida por la mano, por difícil que sea.

Genio es meter veintitrés puntos antes del descanso, como el estadounidense Louis Bullock. Genio es conseguir ocho rebotes -siete ofensivos- y meter trece tantos, cosecha de Felipe Reyes a mitad de partido. Jugar como Rudy Fernández y como Ricky Rubio es también considerable obra de arte.

Pero el base y el alero, con pocos minutos el primero y renqueante de una lesión en el hombro derecho el segundo, pudieron hacer menos por los suyos que Bullock y Reyes por el conjunto blanco a lo largo del primer tiempo. El checo Lubos Barton salió enchufado -ocho puntos en cinco minutos-, el Madrid con dudas ofensivas y el Joventut plantado en unas zonas alternativas que la semana pasada sometieron a todos los que se pusieron por delante en la Final entre Ocho de la ULEB. Luego, fue otra cosa. Rudy Fernández y Bullock ofrecieron un auténtico recital anotador.

Los verdinegros exhiben una cantidad de recursos y una filosofía de juego que ya les han dado tres títulos esta temporada -Liga Catalana, Copa del Rey y Copa ULEB- y aterrizaron en Vistalegre dispuestos a mantener viva la posibilidad de alcanzar la primera plaza de la tabla. Una opción remota, pero no imposible y, desde luego, sólo realizable con un triunfo en terreno blanco. El Joventut acosó al Madrid desde el principio con todo el arsenal en pos de ese propósito. Abrió ocho puntos de brecha (32-40), pero Reyes y Bullock comandaron un parcial de 22-6 hasta el descanso que dio la delantera a los locales (54-46).

Saltan chispas

La noche no estaba para confianzas. Rudy Fernández estrenó el tercer cuarto en vena. Una racha de 0-10 volteó el choque, inflamó el ánimo de la grada contra el internacional español y, de paso, también evidenció que el humor andaba caldeado entre los protagonistas del duelo. En el minuto veinticinco, tras algunos roces previos con Rudy de por medio, Raúl López fue objeto de falta en la cabecera de la zona badalonesa y, en la tensión del ambiente, reaccionó con un empujón sobre el alero que se saldó con una personal y una antideportiva para el base madridista.

Sobre el parqué saltaban chispas. El Joventut era el último equipo de la ACB que había ganado al Real Madrid, pero eso sucedió en las semifinales de la Copa del Rey. Desde entonces, los blancos sumaban nueve triunfos consecutivos contra adversarios del campeonato nacional. El encuentro con los de Aíto le costó otra vez una derrota.

El revés de las semifinales coperas dolió en el vestuario madrileño. Quedaban ánimos de revancha y, por añadidura, el actual campeón ACB quería asegurarse el liderato de la primera fase y, como premio, sacar el pasaporte para la próxima Euroliga. Tendrá que esperar mejor ocasión porque los badaloneses le birlaron ambos objetivos. Los triples y la zona volvieron a ser decisivos. Rudy y Ricky también. Junto a ellos, el norteamericano Demond Mallet, que clavó triples mortales en plena cuenta atrás.

El Madrid Se distanció de los nervios y de la tensión negativa y dejó que Bullock ejerciese de martillo pilón, de hombre de buena cabeza, para reconducir las cosas (69-60). Ahora bien, Rudy también aparcó la ansiedad, olvidó la calentura en el banco y regresó a la pista para poner el contrapunto a Bullock. La rivalidad entre madridistas y verdinegros alcanzó cotas de enconamiento muy altas en las series por el título de la pasada temporada. De esta campaña todavía coleaba la semifinal de la Copa. Había muchas cuentas. Las de Rudy Fernández cuadraban al principio del último cuarto -veinticinco puntos- y, con ellas, las de todo el Joventut (69-70), al que Bullock se empeñaba sin descanso en aguar la fiesta.

El estadounidense, con 35 puntos en la tarjeta, salió por personales mucho antes de la bocina (m.32). Y, pese a ese excelente registro, el campeón de la ULEB mantenía el choque abierto a cualquier desenlace (80-77 m.34). Rudy, entre tanto, alcanzaba los treinta puntos desde el arco de 6,25 (84-85 m.36).

Pero es que no había tregua. Raúl López regresó después de atenuar los nervios en el banco. Engatilló un triple de salutación y, en medio de todas las batallas individuales y colectivas, nadie daba un paso en falso (87-87 m.38). Desde ahí hasta el final, la historia discurrió como quisieron el alero español, Rubio y Mallet. El Madrid todavía no es numéricamente primero, aunque le quedan cuatro balas más en la recámara y, también, el convencimiento de que este Joventut apunta altísimo también en la ACB.