El Real Madrid venció al Ricoh Manresa por 79-81 en un partido que tuvo un final de infarto y que sirve al equipo madrileño para acumular su novena victoria consecutiva en ACB, donde es líder con matrícula de honor, con cuatro partidos de ventaja sobre el DKV Joventut.

La fórmula del triunfo volvió a depender de la aportación de Felipe Reyes (28 valoración) y de Axel Hervelle (15), dos de los pilares del conjunto de Joan Plaza. Además, Alex Mumbrú se unió a la fiesta con 19 puntos, siendo, al término del choque, el máximo anotador del mismo junto con el manresano Rafa Martínez.

Y es que el equipo madridista permaneció siempre abajo en el marcador hasta el minuto 27. Una canasta de Raúl López puso el 51-53 y abrió brecha, con un parcial de 0-8, que catapultó a los blancos. Con las ausencias de Papadopoulos y Bullock por lesión, fue el base de Vic quien anotó más de lo habitual (11 puntos) para tirar de los suyos cuando más lo necesitaban.

A partir de ese momento, el final del tercer asalto, el Manresa se aplicó en defensa e hizo sufrir al Madrid, que permitió otra vez, que el partido tuviese historia. Alzamora puso arriba a los catalanes (66-65, min.32), e Iker Iturbe le devolvió la moneda con un buen triple (sólo anotó tres puntos).

Así, el choque se decidió en los instantes finales gracias a la inteligencia del joven Sergi Llull. Tuneri había anotado los dos tiros libres que le daban al conjunto merengue tres puntos de ventaja, y antes de que, en la jugada siguiente, Espil lanzara un triple (recordó la vieja historia ante el Maccabi), el base menorquín le paró con falta. El del Manresa metió el primero, el segundo lo falló y el rebote fue blanco, casi como esta liga ACB.