El Unicaja, después de su eliminación en la Euroliga, volvía al Martín Carpena, donde en el último partido de la Liga ACB contra el Alta Gestión Fuenlabrada sucumbía estrepitosamente. Esta vez le esperaba el Tau Cerámica, un equipo con el que se enfrentaba por primera vez como local en lo que va de temporada.
Hacía aproximadamente un año ambos equipos se encontraron en los cuartos de final de la fase por el título y la victoria fue apabullante para el conjunto vitoriano en Málaga.
Había ganas de revancha deportiva, aunque los datos en esta temporada no eran excesivamente halagüeños para los andaluces. El Tau lograba dos triunfos, uno en la competición doméstica y otro en la Copa del Rey.
El encuentro de esta noche fue pírrico en anotación, sobre todo en los dos primeros cuartos. La defensa, aspecto del juego en el que se basan tanto el Unicaja como el Tau, se imponía a los ataques. El equipo local salió victorioso en el primer cuarto. El trabajo del pívot puertorriqueño Daniel Santiago en la zona hasta que cometió su segunda falta personal hacía daño.
El Tau, demasiado relajado, y sin muchas opciones, intentaba salir de la presión del Unicaja, que ampliaba el marcador 24-10, minuto 7. El equipo vitoriano dio entrada al base argentino Pablo Prigioni, y el partido comenzó a cambiar. Su par, Terrel Castle, no podía y las diferencias se fueron acercando 26-17.
El técnico italiano del Unicaja, Sergio Scariolo, impuso una defensa zonal al inicio del segundo cuarto. Quería cortar de raíz a los triplistas del Tau. Pero Prigioni, empezaba a revolucionar el encuentro. Poco a poco las asistencias, los tiros, la defensa y la ayuda en el rebote del argentino puso en evidencia al Unicaja.
Tres triples consecutivos de Teletovic, Planinic y Rakocevic, le dieron la vuelta por primera vez al electrónico 36-39, minuto 19. El Unicaja estancado se revolvía con algunos lances por fuerza del pívot senegalés Boniface N''Dong y poco más, por lo que se llegó con un resultado de 38-39 al descanso.
Todo cambió en la reanudación. El Tau parecía el equipo local. El Unicaja el visitante y desconocido. Las fuerzas flaquearon, la actitud no era la misma de los dos primeros cuartos y se notó la falta de carácter. El conjunto vitoriano más centrado, se limitó a jugar plácidamente por los numerosos errores del Unicaja.
La defensa de Unicaja, en evidencia
Rakocevic, Mickeal, que con once puntos en el tercer periodo fue la estrella y Prigioni, dejaron en evidencia a la defensa del Unicaja, cuyo entrenador, Scariolo, no sabía como parar el vendaval del Tau, 44-62, minuto 27. El equipo malagueño había perdido todas sus señas de identidad y el público desesperado inició los pitos y silbidos contra los jugadores cajistas. La situación era compleja y muy agónica por el cambio tan radical 49-65, minuto 30.
Los aficionados del Unicaja pedían una reacción. Los jugadores locales debían de cambiar su actitud para intentar doblegar a uno de los mejores equipos de Europa. Las protestas no sirvieron para mucho porque el Tau consiguió la máxima diferencia 50-70, minuto 31.
Quedaban mucho partido y el Unicaja tenía que mostrar el por qué es uno de los mejores equipos defendiendo. Ese valor le llevó a situarse a diez puntos 71-79, tras un triple del escolta croata Davor Kus, en el minuto 37. Antes a base de lanzamientos de 6,25 de Welsch, el propio Kus por dos ves y Berni Rodríguez, cimentaron la ilusión de la remontada.
El relajamiento conlleva la desmoronización. El entrenador del Tau, Neven Spahija, tiene que pedir un tiempo muerto para cortar lo que preveía como una debacle. Una técnica al entrenador del Unicaja, Sergio Scariolo, por protestar una falta personal señalada a Jiménez, que era la quinta, determinó el encuentro 71-81, minuto 38.
Pero Scariolo estaba caliente y siguió protestando lo que llevó al colegiado principal García Ortiz, a señalarle otra técnica y por consiguiente la descalificación. Ahí acabó el partido. El Tau se limitó a anotar los tiros libres y a agotar la posesión y el Unicaja a maquillar el resultado, 77-89.
