El espléndido inicio del equipo manresano, con un 6-19 de parcial propiciado, sobre todo, por un excelente porcentaje de tiros de campo, no pudo en ningún momento ser contrarrestado por los locales que, con más corazón que cabeza, no le perdieron nunca la cara al partido salvo cuando la derrota se hizo inevitable.

La salida a la cancha del base bosnio del Alta Gestión Fuenlabrada, Aleksej Nesovic, supuso un soplo de aire fresco para un equipo que no encontraba soluciones, hasta el punto de lograr, a falta de un minuto para el descanso, la menor diferencia en contra de todo el partido (31-35).

No obstante, dos canastas consecutivas del conjunto catalán, la última del base Javi Rodríguez sobre la bocina, dejó otra vez muy lejos la orilla del triunfo para el equipo dirigido por Luis Casimiro (31-39, minuto 20).

La reanudación fue un querer y no poder por parte de los madrileños, que sólo lograron acercarse a 6 puntos del cuadro dirigido por Jaume Ponsarnau, un equipo al que le funcionaron todas las piezas.

Los bases Javi Rodríguez y Berni Hernández, ex jugadores del Alta Gestión Fuenlabrada, dirigiendo con acierto; el escolta Rafa Martínez, acribillando el aro fuenlabreño desde el perímetro y, por dentro, los pívots Guillem Rubio y Josh Asselin, haciendo mucho daño debajo de los aros.

Un dato, en plena y corajuda remontada local, el veterano escolta italo-argentino Juan Alberto Espil, de 39 años, anotó tres triples consecutivos que cercenó cualquier opción para los de Casimiro, curiosamente campeón de la Liga ACB con el equipo manresano en la temporada 97-98.

Precisamente el actual técnico del Alta Gestión Fuenlabrada pronunció una frase lapidaria e ilustrativa para lo que ocurrió esta tarde en Fuenlabrada: "El Ricoh Manresa en un equipo tocado por una varita mágica".