El mundo se ha dado la vuelta en California. Los Angeles Clippers (8 victorias y 2 derrotas, líderes en el Pacífico y 2º en el Oeste), el eterno patito feo de la NBA, puede mirar por fin por encima del hombro a su vecino rico. Los Lakers (4-6) vagan por la Liga sin rumbo fijo (son el 15º del Oeste) y con unas expectativas poco alentadoras. Kobe Bryant vive en absoluta soledad (33 puntos, 5,4 rebotes y 4,6 asistencias), falta contundencia en la zona (ni Mihm ni Kwame Brown están dando la talla) y el triángulo de Phil Jackson ya no parece tan mágico.

Los Clippers, por su parte, viven felices en la euforia. En una encuesta de su web, el 58% de los aficionados creen que este año superarán las 45 victorias, gesta que no logan desde la temporada 1991-92. Y no es para menos. Los de Dunleavy ganan y convencen. La experta dirección de Sam Casell (17 puntos y 8 asistencias), la regularidad de Elton Brand (más conocido como Mister 20-10) y la anotación exterior de Mobley, hacen de los Clippers un equipo equilibrado y peligroso. Todo lo contrario que sus afamados vecinos.