Cuatro títulos de Euroliga, tres décadas y media de banquillo y una vida muy viajera, unidos a su perspicacia natural, han hecho de Bozidar Maljkovic un sabio del baloncesto. Pero no sabio despistado, sino astuto y pragmático. Por ello sabe que, para la resurrección madridista, el apoyo del público es indispensable. Lo tuvo en la primera jornada de la Liga, así que el preparador serbio se apresura a dar las gracias e intentar corresponder. El Madrid tenía miedo a las comparaciones con el Estudiantes en cuestión de gradas llenas o vacías. Maljkovic sabe que es obligatorio afrontar esa batalla, porque un Madrid temeroso, acomplejado, jamás retornará a la cumbre. De ahí su consigna: Jugaremos para la afición.
Retos.
Si se fijan en las declaraciones notarán que Boza también piensa ya en la Copa. Su veteranía le hace ir un paso por delante. Y lo hizo ya en la primera jornada, cuando pese a la victoria censuró la actitud de dos árbitros. ¿Qué hay detrás de eso? Fácil: recuperar el respeto de los colegiados es otra condición sine qua non para la rehabilitación madridista.
De momento, los resultados (dos victorias) son positivos para el Madrid. Pero el Fórum es, ahora mismo, un adversario más difícil que Estudiantes o Unelco. Tal como anticipa Manel Comas, tiene dos características incómodas para la defensa madridista: un alero alto de notables recursos (el imprevisible Nikola Radulovic) y un pívot con gran oficio y capacidad resolutiva: Demetrius Alexander, destacado ya en las clasificaciones de valoración y anotadores. Su incorporación al Fuenlabrada, al final de la campaña anterior, significó un salto de calidad del equipo madrileño. Ahora, ambientado ya a la Liga ACB, puede ser un baluarte magnífico para el Fórum. De momento, pondrá a prueba el inestable juego interior del Real Madrid, todavía por consolidar.
El Fórum ha ganado en Girona y puso en aprietos al Barcelona, pese al gran juego del equipo azulgrana. El tercer envite liguero, para el Madrid, es más duro de lo que parece sobre el papel. Manel Comas, otro gurú del basket, sabe bien que el momento de sorprender a las plantillas más fuertes es al comienzo de la campaña, cuando aún están cortas de cohesión.
