El segundo tanto fue casi el final del partido, el mazazo a unos jugadores sin confianza esté Natxo o Martí en el banquillo. El nivel de Crhistian Santos o Pedro es realmente preocupante, y otros como Mosquera, Nahuel, Borja Valle o Bóveda no invitan precisamente al optimismo.
Las nueve finales que esperan a Martí con el Deportivo son un número realmente simbólico, ya que el mallorquín, curiosamente, es desde ayer el noveno técnico de la era Tino. Para que en julio no haya un décimo su reto es alcanzar a la orilla de Primera. Ya sea en yate o patera.
Muchos en A Coruña se acordaron de Gaizka Garitano esta semana tras renovar con el Athletic de Bilbao. De un gran trabajo en el Deportivo que no pudo evitar su destitución. La misma sensación queda ahora con Natxo González.
El técnico volvió al rombo, pero visto lo visto en el primer tiempo era igual que fuese un cubo, octógono o triángulo porque el nivel individual habla de pánico, de miedo a equivocarse, de falta total de confianza.
Con los antecedentes hasta parece normal que ante el primer revés de la temporada se escuchen ruidos de sable. Pero esta vez el acero se está afilando desde fuera y no en la Plaza de Pontevedra, lo que ya es noticia. Tino, al igual que antes Carmelo del Pozo, dejó bien claro que no hay tema Natxo sobre la mesa
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