Con el agua al cuello, puso por sorpresa en Estambul al hasta entonces inédito Rodrygo. En uno de los estadios que más imponen.
Siempre que un futbolista ficha por un equipo, enseguida siente la necesidad de congraciarse por la vía rápida con su nueva afición
Que la normalidad vuelva rápido o acabaremos perdiéndonos el respeto entre todos.
Mi teoría es que algunos son ya adictos a la exposición. Y lo pasan mal si no sienten el continuo aliento de los seguidores. Ese chute de dopamina.
¿Qué es "jugar bien"? ¿De qué hablamos cuando hablamos de esa entelequia? Jugar bien no es eso a lo que aspiran ciertos estetas y románticos del balón.
Porque esa Liga, sin puntos, sin equipos, sin demasiado sentido, era lo que nos mantenía unidos.
Por encima de todo, echo de menos todo lo anterior a un partido del Real Madrid. El nerviosismo y la expectación. La anticipación.
De lo que no tengo duda es de que ya va siendo hora de que se trate, y disfrute a Vinicius y Rodrygo como a deportistas adultos e independientes.
Reconocí a ese Madrid de mi infancia, nervioso, impredecible, dubitativo.
Por los 100 millones que costó Hazard y con 29 años, uno compra certezas, no apuestas. Y de momento poco se ha visto del belga.
Llull no está fino: esta semana en el Palacio, ante el Baskonia, parecía como si le hubieran robado sus habilidades los malos de Space Jam
No todos los jóvenes triunfarán, pero no puedes hacer una tortilla sin romper huevos.
Ver los partidos de fútbol con mi padre, años después, me sigue enseñando muchas cosas. Y me ayuda a quitarme tonterías de encima.
Es tremendo que Fede Valverde haya sentado a Modric y no se oiga un murmullo de recelo.
Nunca seremos tan jóvenes como aquel verano. Nunca seremos tan malos. Nunca pensé que echaría de menos a Heinze.
Me tiene inquieto ese misterioso vendaje; desde que lo lleva vemos a un Karim desencadenado.
La camiseta del Madrid de este año, con esos ribetes y dorsales dorados, se me está haciendo muy cuesta arriba. Hay algo en el uso del oro que tendría que ser sagrado.
Si algo une a todos los que hemos jugado al fútbol es que en algún momento de nuestras vidas nos hemos llevado una bronca monumental de un portero.
Siempre he tenido debilidad por los jugadores que dan pases tensos. Aúnan calidad y seguridad. Se atreven porque saben.
En sus memorias, Phil Knight, fundador y dueño de Nike, confiesa que uno de sus principales errores fue decir "no" a un Magic Johnson...
Ahora que todas las expectativas están en el cierre del mercado de fichajes, Javier Aznar nos recuerda a un jugador como Sneijder, que parecía que se iba a comer el mundo pero...
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