Alberto Martínez

En el fútbol las emociones circulan y lo que pasó ayer siempre influye en lo que pasará mañana. La gestión de la semana no fue la más acertada.

El último Valladolid-Espanyol, que se jugó en la jornada 11 del curso pasado, propició un equipo blanquiazul líder durante 70 minutos.

El Espanyol mordió el anzuelo y fue devorado por los Lobos ingleses. El sueño europeo finalizó en Wolverhampton, una ciudad gris y lluviosa como aquella Glasgow de mayo de 2007

A la salvación se llega por la constancia, y el equipo perico demostró que no ha perdido ni un ápice de ese carácter que despertó el día del derbi.