Rodrigo Romero se hizo del Atlético con ocho años, cuando fichó a su compatriota Luis García. Ahora tiene la mayor colección de minibalones del mundo (1.456). Por eso, además de seguir al equipo, ha juntado sus dos pasiones y ha llamado a su coqueto museo como al viejo estadio.
El recordado Vicente Calderón tiene una réplica al otro lado del Atlántico. No es que sea idéntica a la antigua casa del Atlético, ni siquiera es un estadio de fútbol, pero también tiene su propia historia. Una de récord. Su dueño es Rodrigo Romero, que lo ha levantado en su domicilio en Puebla (México) y reúne en este coqueto museo el amor por los colores rojiblancos con miles de piezas de coleccionismo que le han llevado al célebre libro Guinness y a formar parte de una serie en HBO.
Su marca histórica es poseer la mayor colección de minipelotas del mundo. Fue certificada hace dos años, con 1.230, pero ya se acerca a las 1.500. “Empecé en 2006, en el Mundial de Alemania. Me compré un baloncito para jugar con un amigo y me lo llevé a casa como recuerdo. Aún me lo recuerda. Durante cuatro años junté algunos más, pero fue en 2010, que salió una colección de Adidas con los balones de los Mundiales desde 1970, cuando me lancé", explica a AS el dueño, que ya disfrutaba de otras colecciones, pero ninguna tan contundente como esta.
Romero confirma que cada vez es más complicado conseguir nuevos ejemplares diferentes: "Primero fueron compras, en tiendas y sobre todo en Internet, luego ya a través de intercambios en redes, regalos… Tengo de los cinco continentes, de Eslovaquia, de Australia…, e incluso hay un minibalón de 1961. De España creo que me faltan solo el Valladolid y el Rayo Vallecano, pero porque no los hay”. Y aunque el acopio era importante y claramente digno de récord, no fue fácil lograr el visto bueno de Guinness: "Te exige muchas cosas para darte el OK, fotos de cada balón, un registro... Lo pudimos hacer".
¿Y qué tiene que ver el Calderón con todo esto? Rodrigo tuvo que buscar dónde meter tal acumulación de minibalones y demás objetos y, en cuanto pudo, se creó su propio museo “en el sótano de casa”. Y lo llamó ‘Vicente Calderón’. “Es mi oficina, mi santuario, unos 30 metros cuadrados”, explica. Allí mandan los colores rojiblancos. “En el suelo, bajo un vidrio de 15 centímetros creé mi once (muy ofensivo) de camisetas del Atleti: Courtois, que ya me piden que lo quite; Perea, Godín, Filipe; Simeone, Gabi, Koke; Forlán, Kun, Falcao y Torres”.
Falcao, por cierto, dio lugar al mote del recordman, Flacao: “Fue una broma porque estoy flaco, el Tigre está en mi top 3 de favoritos y de Radamel Falcao pasó a Rafael (su segundo nombre) Flacao”. También de ahí el nombre de la web donde se puede ver la colección: flacaoysufutbol.com. En esta página se pueden ver todos los minibalones (más otros que se buscan) según su categoría y el resto de objetos de este otro Vicente Calderón.
Y así, Rodrigo Flacao —que recientemente ha sido padre por segunda vez— fue acumulando minibalones y diversos objetos relacionados con su Atleti: “Sí, no solo pelotas y muchas camisetas. Tengo un trozo de césped del Calderón del año de la Liga 13-14, también de la red, una butaca del Calderón, una réplica de las del Metropolitano, muñecos, tickets, fotos, libros, pósteres, réplicas también de la Intercontinental, la Europa League…”. Y una pantalla para ver los partidos de los del Cholo.
Porque Rodrigo, a pesar de vivir en México, es muy del Atlético: “Cuando fichó Luis García, que es de mi país, yo tenía 8 años (1992). Veía sus goles en el programa Acción y me enganchó. Y quería llevar la contra, no ir con Barça o Madrid, y creo que eso es un poco el Atleti también”. Su primera vez en Madrid fue en 2006, recuerda: “Fui como estudiante de intercambio. Mi primer partido fue un Atlético-Racing, aún guardo el ticket. Elegí Madrid porque quería ver al Atleti y, además, estar cerca del Mundial de Alemania, para ver a México”. Y entonces, recordemos, dio inicio la colección.
Pero la cosa no terminó ni mucho menos en aquel 2006. “Estuve también en la final de Copa de 2013. Fui con amigos madridistas y tenía mucha fe a pesar de que el Atleti llevaba muchos años sin ganar el derbi, pero se ve que di suerte a Simeone. También antes, el Vasco Aguirre trajo al Atleti en una pretemporada a México y pude ver los partidos, estuve con los utileros, me senté junto a Reyes”, rememora, y continúa enumerando: “En 2019 vinieron a jugar contra el Atlético San Luis y también asistí al encuentro. Y en el Metropolitano también he estado, en un Atleti-Barça”.
Romero disfruta en México de su espectacular colección, de su Atlético y, por encima de todo, de sus pequeños. Ha logrado un récord Guinness muy original y tiene un santuario rojiblanco que se está haciendo famoso en todo el mundo gracias a las redes sociales y que seguirá creciendo con minibalones y demás objetos relacionados con el fútbol. En Puebla hay un buen pedacito del Atleti y de su historia.