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Cuando la emoción del fútbol te devuelve la vida

LA HISTORIA DE JUAN HOHBERG

Cuando la emoción del fútbol te devuelve la vida

Juan Eduardo Hohberg (Alejo Ledesma, 1927) empezó como portero en Argentina, defendiendo los colores del equipo de su ciudad, el Club Atlético Central Córdoba. Sin embargo, ante la falta de efectivos para un encuentro, su entrenador se vio obligado a posicionarlo como delantero, no defraudó y anotó dos tantos. Tras este doblete, la figura de Hohberg se daría a conocer en Sudamérica en la segunda mitad del siglo XX. Con un colosal poderío físico y con un gran olfato goleador, el delantero cordobés se consagró en la elite del fútbol, cambiando los guantes por los goles.

Juan Hohberg empezó como portero, un día se vio obligado a cambiar los guantes por los goles y se convirtió en unos de los delanteros más laureados de Sudamérica

Con 20 años recaló en Rosario Central durante tres temporadas. Posteriormente, aterrizó en Peñarol, uno de los equipos más ilustres del fútbol uruguayo de la época. En el club aurinegro, el apellido Hohberg estaba en boca de todos. Llegó a levantar seis campeonatos nacionales y rozó la cifra de los 300 goles en diez temporadas. Todos estos alicientes le colocaban para ser un referente en el fútbol uruguayo, solo le quedaba por defender los colores de la Selección nacional en una gran cita. Por ello, las autoridades deportivas del país querían que se nacionalizase con los charrúas para el Mundial de Suiza de 1954. Algo que consiguieron, pero que nunca imaginarían lo que podría llegar a suceder.

La Selección de Uruguay llegaba al Mundial en tierras suizas, con el cartel de favorito tras haber hecho historia cuatro años antes en el famoso 'Maracanazo', ante Brasil. Tampoco los charrúas conocían lo que era perder en una cita mundialista. Algunos de los jugadores que participaron en Suiza, habían estado en la gran gesta ante la canarinha, como el portero Roque Máspoli o el delantero Juan Alberto Schiaffino, que anotó uno de los tantos en la gran final de 1950.

Tras un plácido camino en los primeros envites durante la cita en tierras suizas, esperaba en semifinales Hungría, campeona olímpica con Sándor Kocsis y Ferenc Puskás, estandartes de los europeos. Aunque el jugador madridista se perdió el choque de semifinales por lesión. La lluvia torrencial que caía en el verde obligó a los charrúas a remar para intentar conseguir la reválida mundialista conseguida cuatro años atrás. Schiaffino en dos ocasiones, filtró el balón al ariete y Hohberg solo tuvo que mandar el balón al fondo de la red. Nadie se pensaría, lo que podría llegar a derivar la emoción del momento. Tras la melé de jugadores charrúas en la celebración tras el empate, algo excéntrico iba a suceder. Hohberg no se levantaba, parecía que estaba desmayado.

Carlos Abate, kinesiologo de Uruguay reanimó al jugador que estuvo durante quince segundos muerto

Los doctores de la Selección le hicieron una serie de masajes en la zona del corazón y le administraron coramina oral, un estimulante para los vasos sanguíneos. Los médicos se convirtieron en los verdaderos héroes tras conseguir la reanimación del jugador, después de estar 15 segundos muerto. Algo similar a lo que sufrió Christian Eriksen, en la pasada edición de la Eurocopa, pero en 1954 el charrúa se levantó y siguió jugando la prórroga hasta el final del encuentro. Un momento atípico que acabó con la victoria de Hungría en el tiempo extra, con el doblete de Kocsis. Uruguay acabó en cuarto lugar, tras caer derrotada ante Austria por 3-1. El único tanto uruguayo fue de Hohberg, que se despedía de su primera cita en un Mundial con tres goles en su cuenta particular.

Posteriormente, el ariete continuó su carrera como futbolista hasta principios de la década de los años 60 cuando se retiró en el Deportivo Cúcuta de Colombia debido a las afecciones cardíacas que le impedían la práctica segura del fútbol. Por ello, el conjunto colombiano le dio la oportunidad como entrenador. Seguidamente, cruzó el charco para entrenar al Panathinaikos, griego. Hasta sucumbir su legado como seleccionador de Uruguay en el Mundial de México de 1970, repitiendo la cuarta posición que consiguió como jugador. En 1977, se volvió a sentar en el banquillo de los charrúas para la clasificación al Mundial de Argentina de 1978. En Perú, acabó su idilio con el fútbol en el banquillo, donde levantó tres campeonatos ligueros con Universitario y Alianza de Lima. Hohberg falleció en tierras peruanas a causa de los problemas que acarreaba su corazón, el 30 de abril de 1996. Alejandro Hohberg, nacido en Perú, sigue el legado de su abuelo, actualmente milita en las filas del Sporting de Cristal, club peruano.

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